Solo invita a reflexionar la cultura política del dominicano, sobre todo en lo relacionado con el clientelismo y la corrupción, que evidenció una encuesta patrocinada por el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo.
Aunque ambos males comprometen la calidad de la democracia y debilitan la relación del Estado y la ciudadanía, la mayoría de los dominicanos los aprueban a conveniencia. No importa ni siquiera que erosionen el Estado de derecho si, como en el caso de la corrupción, se satisfacen soluciones comunitarias.
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