La Cumbre Iberoamericana que se inaugura mañana con la participación de 14 jefes de Estado y de gobierno, dos vicepresidentes y dos primeros ministros, representa un gran acontecimiento diplomático para República Dominicana.

Que nadie se haga la menor expectativa de que del encuentro saldrá la solución de ningún problema local o regional, porque las conferencias son solo para llamar la atención sobre asuntos comunes e impulsar la solidaridad y el intercambio.

Para que la gente sepa cómo moverse vale señalar que el acto inaugural será en la Fortaleza Ozama, en la Ciudad Colonial, pero el sábado las discusiones se efectuarán en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El ministro Roberto Álvarez adelantó que la conferencia, la XXVIII, concluirá con una declaración que “contiene, principalmente, trabajo en relación a la inclusión de una carta digital, una carta medioambiental iberoamericana y una ruta crítica de seguridad alimentaria iberoamericana”.

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Pero el tema central es el acceso al financiamiento para los países de renta media, que persigue el aumento del comercio interregional y el desarrollo de cadenas de suministro más resilientes.

Es obvio que la problemática haitiana no faltará en la discusión por el impacto que tiene tanto para República Dominicana como para la región. La conferencia es, en estos momentos, de mucha significación para la comunidad iberoamericana.