Opinión

Danilismo en aprieto

Danilismo en aprieto

La “vanguardia estatal y corporativa” del pele-danilismo es un “menjunje” partidista, burocrático, empresarial, militar, policial… con un componente de tecnocracia procapitalista procedente de “sociedad civil”. Los hay políticos profesionales, aliados-sanguijuelas, políticos metidos a empresarios, empresarios como tales, empresarios metidos a políticos, jefes militares-policiales enriquecidos. coques iphone 8 starbucks La mayoría más o menos corruptos, los jefes generalmente hípercorruptos, pocos de ellos honestos y casi todos amantes del poder o de las principalías que emanan de él, plegados esencialmente al poder supranacional. Esa mezcla dirigencial cuenta con una gran clientela parasitaria. coque iphone 6 antichoc Su fuerte es controlar o tutelar desde la Presidencia y el Comité Político del PLD una gran porción del partido morado, no pocos partiditos del sistema y casi todas las instituciones; y desde ahí manejan el presupuesto nacional, importantes recursos naturales, negocios del Estado, inversiones públicas, conexiones con el capital privado y vínculos comerciales normales o espurios… con una gran discrecionalidad y como patrimonio propio. coque iphone 8 transparente silicone anti choc Así crean alcancías y bóvedas al servicio de sus cúpulas, empresas moradas, empresas favoritas, fortunas particulares, lumpen capitalismo y fondos e ingresos al servicio de su continuidad en la cúpula del poder; mientras administran y gestionan el sistema institucional, imprimiéndole características de dictadura constitucional corrupta y corruptora. coque iphone 8 avec la pomme Al pele-danilismo le precedió un pele-leonelismo con similares atributos que entró en decadencia en 2011-2012; lo que indica que la continuidad de quienes hoy mandan tiene necesariamente tiempo límite; aunque ciertamente la institucionalidad que usurpan puede prolongarse y ser ocupada por fuerzas parecidas, ya del partido oficial o de las derechas opositoras. coque iphone xr max marbre Aparecen ya las primera señales de su declive: alta impopularidad, serias dificultades provocadas al interior del partido y Estado por la acción vengativa de la facción decadente de Leonel Fernández y la emergencia relativa de Margarita Cedeño, fuertes dudas a nivel empresarial y eclesial sobre la conveniencia y viabilidad de su reelección, auge delincuencial, notas contrarias del Norte brutal, valoraciones en áreas de su propia cúpula y la del sistema colonizado de que apretar la rosca continuista-presidencialista puede romper el tornillo y, para colmo, el inicio de la disidencia en una parte de su gabinete detentada por la facción tecnocrática-sociedad civil, entre las que gravitan importantes figuras todavía silentes, que de destaparse, empeorarían un cuadro ya de por sí precario y deteriorado.

El Nacional

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