Lo que acaba de revelar el presidente del Consejo Nacional de Drogas (CND), Fidias Aristy, es para alarmarse. En primer lugar, que República Dominicana tiene un preocupante consumo de drogas en la población adolescente. Y, en segundo, que el Estado carece de políticas públicas para prevenir y rehabilitar a los usuarios. Además de que se cuenta con un solo centro, que funciona en el hospital Francisco Moscoso Puello, para la rehabilitación de los consumidores.
Todo el trabajo con los enfermos lo hace el sector privado, que cuenta con 92 centros de rehabilitación subvencionados por el Estado.
El sector privado podrá estar en mejor capacidad que el público para ofrecer el servicio. No se discute. Lo que sí inquieta es la afirmación del funcionario en el sentido de que la drogadicción se ha tornado preocupante en la adolescencia y de que se carece de políticas públicas para combatir el fenómeno. La información representa una tarea para las autoridades, que tienen que ponderarla con mucho detenimiento.