¿Por qué ayudamos?
Una dominicana lactó a una criatura haitiana en el hospital Darío Contreras dándole vida y amor.
Un pastor murió de meningococcemia adquirida en el vecino país después de contagiarse en razón de su presencia solidaria.
La psicología social llama a estas actitudes altruismo o conducta pro social. Se trata de acciones para ayudar a otros que a veces pueden implicar cierto grado de riesgo.
He escuchado expresiones como las siguientes: Nos estamos quitando el pan de la boca para ofrecerlo a unos vecinos que jamás agradecerán ese esfuerzo.
Pero, ¿y qué movió a esos miles de voluntarios, socorristas, médicos, ingenieros, empresarios que han permanecido por más de una semana durmiendo a la intemperie y arriesgando su vida en Haití?
Se ha dicho que existe un altruismo que se hace a cambio de un lugar en el cielo, es decir, cuando muera iré al paraíso.
Otros practican una ayuda selectiva para reducción de culpas.
Yo pago de mi empresa la beca en un orfanato de dos niñas haitianas y esa mensualidad no falla. En este caso hacer el bien es como una cuenta de ahorros, es como un impuesto a la conciencia.
Cialdini ( 1981) describió lo que se llama modelo del alivio de un estado negativo. Gente que al segundo día se fue al escenario de la tragedia, estaba muy deprimida al llegar y en pocos días después de vivir la tragedia y sentirse tan útil, vio que sus problemas eran tan pequeños respecto de la hecatombe que presenciaba, que mejoró y se sintió un mejor ser humano.
En medio de una acción masiva de socorro muchos seres humanos se destacan encontrando así dos factores, no siempre de forma consciente: elevan su autoestima y el aprecio que la sociedad les profesa, incluso, muchos ciudadanos obtienen un cierto perfil de heroicidad que antes no se les reconocía.
Una explicación habla del determinismo genético. Todos conocemos familias solidarias, que ayudan, que cooperan con todo lo que son buenas causas y se invoca que eso no es casual ni producto del aprendizaje social, sino una larga tradición transmitida por los genes, entonces la comunidad dice: vayan donde los Lama, los Atallah, los García, los Estrella, los Beras Goico . que esa gente nunca se queda detrás en materia de ayuda.
Esta ultima experiencia nos invita a fomentar el trabajo voluntario y solidario desde la escuela primaria; nos induce a reconocer en su momento a los miles de dominicanos que se han arriesgado para rescatar, atender y consolar a nuestros vecinos.
He tratado de explicar el porqué ayudamos. Pero, tomando en cuenta que en la isla las fallas geológicas son las mismas: ¡ Hoy por ellos, pues mañana, tarde o temprano, será por nosotros!.