Opinión

De salud y otras cosas

De salud y otras cosas

CESAR MELLA
Muchos de mis lectores no saben que Rafael Trujillo Molina procreó diez hijos.

Flor de Oro, que nació en 1915 como segunda hija, pues su primogénita, Julia Genova, había nacido en 1914 y  murió a temprana edad, ambas concebidas por su primera esposa, Aminta Ledesma, con quien se había casado en 1913.

Otra hembra: Odette, hija de la segunda esposa de Trujillo,  Bienvenida Ricardo. Esta niña nació después del divorcio del Jefe con la madre por una supuesta infertilidad de la señora Ricardo, para lo cual el dictador se hizo pasar en el Congreso una ley que permitía el divorcio de mujeres que en por lo menos cinco años no quedasen embarazadas.

Yolanda y Rafael eran hijos del gran amor del Tirano, la señora Lina Lovatón.

Elsa Julia y Bernadette, hijas producto de otras relaciones del sátrapa.

Con doña María procreo a Ramfis, Radhámes y Angelita, con los que se completan los nueve hijos sobrevivientes.

Esos datos los extraje del libro “Trujillo en la intimidad según su hija Flor”, que aunque publicado en inglés en los años 60, el gran buzo documental y fino historiador Bernardo Vega lo edita en español traducido por Paula Vega Guerra.

Dos problemáticas de ese padre permisivo y cariñoso advierto:

Primero una gran rivalidad con Flor de Oro, a la que envió a formarse en buenos colegios de Francia en la temprana adolescencia y que luego devino en una dama inestable y desadaptada obligada a casarse con el francófono play boy Porfirio Rubirosa con apenas 17 años. Flor de Oro escenificó siete matrimonios adicionales caracterizados por la infuncionalidad y el conflicto, como ella narra en sus notas autobiográficas.

Flor de Oro no dio nietos a Trujillo, murió en el exterior en 1978 y siempre cuestionó las conductas de su padre y fue tenida como una “oveja negra”. Tiene el merito de ser el único familiar directo que testimonió sobre la vida cotidiana del  “Benefactor de la Patria”.

Pero a pesar de ello, siempre fue protegida económicamente por su padre; la honró con nombramientos diplomáticos, le celebraba bodas cada vez que caprichosamente se divorciaba. Dedicada a la bohemia en Europa “nunca sentó cabeza”. El padre siempre la socorrió con dinero y protección.

La otra debilidad del Jefe fue su primogénito Ramfis. Muchacho depresivo e indisciplinado que no dio visos de ser el sucesor, como siempre aspiró su padre.

Varios psiquiatras en Bélgica, Francia y Estados Unidos le vieron, pero el muchacho dado a la parranda y al buen vivir “se quemó en las mejores academias en donde estudió”. Cuando regresó derrotado de los estudios el padre lo designó Jefe de Mar, Tierra y Aire de las Fuerzas Armadas, de ahí el mote de  “El Pato”.

¿Fue Trujillo un padre débil?

El Nacional

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