La naturaleza de la política, cuyo sentido estricto, es la búsqueda del poder, hace del diálogo, un mecanismo de carácter estratégico. Resulta pues, utópico pensar en un diálogo sincero en materia política.

Pienso que los Pactos de la Moncloa, llevados a cabo en la España de 1977, bajo el liderazgo de Adolfo Suárez y la participación de todas las fuerzas sociales para salvar el sistema democrático en un periodo de difícil transición, pero, sobre todo, de búsqueda consensuada para detener una hiperinflación que amenazaba con desestabilizar todo, es el modelo de diálogo al que debemos aspirar. La sociedad española logró pactar, no solamente aspectos económicos, sino políticos.

El presidente Luis Abinader ha dado dos pasos importantes: procurar mediante la Comisión Nacional de Empleos, la creación de 600 mil nuevas plazas de trabajo y llamar a un diálogo nacional a los sectores productivos.
Sin embargo, el verdadero diálogo nacional lo deberá realizar con todas las fuerzas políticas y sociales que inciden en la nación, para abordar un tema impostergable: La Reforma Fiscal.

El presidente Abinader no se ha inventado la deuda social acumulada. Nadie puede negar que la política tributaria es tarea pendiente desde el gobierno pasado. He notado que una parte de la oposición, entiende que hablar de impuestos, acorralaría al gobierno del PRM, por lo que, descarto un pacto en lo inmediato. Sin embargo, se aplique o se posponga esa reforma, como parte de la Estrategia Nacional de Desarrollo, se impone un diálogo nacional, dado el impacto económico de la pandemia del coronavirus.

Recuerdo que, en el gobierno del PLD, en términos estratégicos, no se hablaba mucho de cargas impositivas, sino de consolidación fiscal. Los estrategas de comunicación del gobierno de Abinader, deberán tener un discurso convincente y persuasivo en lo concerniente al tema de la Reforma Fiscal, pues una parte de la oposición, insisto, no colaborará y tratará de indisponer a los dominicanos, aun y cuando están conscientes, que se requiere de una Reforma Fiscal para paliar los embates económicos de la crisis sanitaria mundial.

Por: Ramón Rodriguez
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