Santo Domingo.- La rebelión de las tres mujeres que integran la Cámara de Cuentas por las pretensiones oficialistas de colocar a Mario Fernández como presidente del organismo, es lo que ha provocado supuestamente un ensañamiento del gobierno en su contra, denunció esta mañana el vocero del bloque de senadores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Yván Lorenzo.

Añadió que el principal problema es que el gobierno perdió el control del principal órgano fiscalizador del Estado y las mujeres principalmente no aceptan sus dictámenes. “Por eso hay ira con el pleno de la Cámara de Cuentas y lo quieren quitar a todos, están haciendo todo lo posible por llevarlo a un juicio político”, sostuvo.

Dijo que todo comenzó cuando las mujeres que integran el organismo votaron en favor de que se auditaran los gastos del gobierno del presupuesto del año pasado, decisión que no le gustó al gobierno.

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Sostuvo que ahora los legisladores del PRM buscan llevar a un juicio político a los miembros del organismo porque no responden a sus intereses politiqueros.

Al mismo tiempo respaldó la versión del expresidente de la Cámara de Diputados, Rubén Maldonado, de que el gobierno está negociando repartir los la Cámara de Cuentas en las alianzas políticas que está concertando, de cara a las elecciones del año 2024.

“El problema es que la vicepresidenta de la Cámara de Cuentas Elsa María Catano y las miembros Tomasina Tolentino y Elsa Peña, se revelaron contra las pretensiones del gobierno de manipular el organismo y esto ha provocado el ensañamiento de los perremeístas en su contra”, aseguró Lorenzo, quien también es miembro del Comité Político del PLD.

Añadió que “el juicio provocaría un gran daño a los miembros de la Cámara de Cuentas porque muchos son profesionales del prestigio, y si son condenado en un juicio por el Senado de la República, no podrían ocupar puesto público ni gubernamental ni por elección popular”.

Pacheco

Ayer el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, afirmó que ese organismo no se puede quedar de brazos cruzados antes las faltas graves cometidas por el órgano fiscalizador del Estado.