Las reuniones en el Consejo Económico y Social deben tener una agenda bien clara, priorizando el tema haitiano, y rechazando o aceptando otros debates.
De por si lo referente al caso haitiano moverá diferentes posiciones, que van desde permitir las cuotas de indocumentados, hasta proseguir con las deportaciones.
Tiene que haber una clara regla de juego, para evitar que pueda la anarquía cercenar los debates serios y objetivos. No se olviden que el presidente Luis Abinader y tres expresidentes respaldan este diálogo.
Hipólito Mejía, Danilo Medina y Leonel Fernández tienen lecturas diferentes del caso haitiano, pero sus simpatías personales no deben servir para ahogar en la anarquía el comienzo de los trabajos.
El país necesita respuestas urgentes sobre la migración haitiana, y como la intranquilidad del vecino país puede perjudicar a la República Dominicana.
Aunque para muchos es un caso olvidado, deberá estar en el tapete lo referente a la construcción de una presa en el lado haitiano del río Masacre. Todavía es un tema que está en el candelabro y que amerita solución.
Hay que discutir a fondo y sin pasiones ni buscando beneficios personales como tiene el país que enfrentar los problemas de la guerra civil de baja intensidad de Haití.
No es un problema de los dominicanos, pero hay presiones de Estados Unidos, Francia y Canadá, para que sean los dominicanos parte de las soluciones que demanda el caso haitiano.
Esos condicionantes también se ven en los foros de las organizaciones de la Naciones Unidas y de Estados Americanos. Bajo ninguna circunstancia los dominicanos tienen que meterse en los problemas intestinos de Haití.
Eso lo deben comprender bien los Estados Unidos, Francia y Canadá, que son los que más relación tienen con la crisis haitiana, y son los llamados a buscarle soluciones. En especial los norteamericanos.
Desde los Estados Unidos siempre se propició por una política que cerró en Haití las puertas de la democracia, y son los responsables directos de esta guerra civil de bajo nivel y lo incierto del panorama social y político en esa nación.
Pero en el país todo se baraja entre asignar cuotas de ilegales para los empresarios de la agroindustria y de la construcción, y proseguir con las deportaciones masivas. Si queda espacio, se deberán abordar uno que otro tema nacional, como el alto costo de la vida.
Por: Manuel Hernández Villeta