Resulta bastante doloroso que con la terrible crisis que golpea a Haití se tenga que repatriar a mujeres embarazadas indocumentadas, que tienen en su país un destino incierto. Pero la ley es la ley, y el director de Migración, Enrique García, está para aplicarla.

Como en todas las repatriaciones de haitianos es muy importante el respeto que se ha observado para no violentar la dignidad de las personas.

Con la inseguridad, la caída del sistema sanitario, la crisis de abastecimiento y de combustible el panorama haitiano es tétrico. Pero República Dominicana no puede ser la solución frente a la lógica desesperación de una población cada vez más confinada por la incapacidad de su clase gobernante, pero también por el desinterés mostrado por las potencias en ayudar al país.

Mientras no se exceda merece el mayor respaldo las repatriaciones de indocumentados que realiza la Dirección de Migración.