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EDITORIAL: Los de aquí y los de allá

EDITORIAL: Los de aquí y los de allá

A los casi diez millones de dominicanos que aquí confrontan la propagación del coronavirus se agregan más de dos millones de compatriotas que también padecen en Estados Unidos, así como los más de 300 mil inmigrantes criollos que sufren por la pandemia en España, Italia, resto de Europa y en cualquier lugar del planeta.
En Nueva York, el número de contagiados ascendía ayer a 25 mil 600, los fallecidos a 125, en tanto que en Nueva Jersey, el otro estado con gran presencia dominicana, los afectados eran tres mil 675 y 44 muertos, mientras que en España e Italia, los infectados sumaban más de 110 mil y los muertos más de nueve mil 600.
Se ha dicho que casi todos los habitantes de esta tierra insular tienen algún pariente o amigo en Estados Unidos, Europa o en algún lugar del planeta donde han emigrado casi tres millones de dominicanos, por lo que la lucha contra el coronavirus debería unir a unos y otros donde quiera que se encuentren.
Aquí muchos se quejan porque el Gobierno ha declarado estado de emergencia nacional, toque de queda y cuarentena, pero se olvida que esas medidas también se aplican en Nueva York, Nueva Jersey, California y gran parte de Estados Unidos, Latinoamérica y la Unión Europea.
Como consecuencia del coronavirus, la economía mundial, incluida la de Estados Unidos, se sumirá en recesión, dice el Fondo Monetario Internacional que igual o peor que la que asoló al mundo en 2008, clara señal de la magnitud del drama universal.
Después de vencer al COVID-19, a República Dominicana le espera una ardua y dilatada jornada de recuperación de su economía que podría ser severamente afectada por vía de reducción del turismo, remesas, inversión extranjera y exportaciones, en el marco de una recesión en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.
Si no se quiere entender la magnitud del drama sanitario, económico y social que significa la propagación del coronavirus, cada cual debería constatar la situación de sus familiares y amigos inmigrantes que también padecen esos estragos allende los mares.
La lucha contra esa pandemia no admite vacilaciones y sí mucho sacrificio, comprensión, acendrada conciencia ciudadana, respeto absoluto a las disposiciones y exhortaciones emanadas de las autoridades y entender que todos los dominicanos sufren por igual en cualquier parte y que todos deber ser parte de la solución.

El Nacional

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