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El año escolar

El año escolar

En medio de la pandemia del coronavirus, la comunidad educativa debería prestarle atención a la propuesta del ministro de Educación para poner fin al interrumpido año escolar, que consiste en promover de grado a los estudiantes que obtuvieron promedio superior a los 70 puntos, y de manera condicionada a los que no alcanzaron ese nivel.
El licenciado Antonio Peña Mirabal dijo que se analizan varias opciones con relación al cierre del calendario docente, que adelantó se había cumplido en 70% al momento de la suspensión de clases, el 12 de marzo, a causa de la COVID-19, y que también se estudia adelantar el inicio del nuevo ciclo educativo en 30 a 45 días.
La suspensión de docencia presencial se extiende por casi dos meses sin aparente posibilidad de reapertura durante los meses de mayo a junio, por lo que no se exagera si se afirma que en términos prácticos el año escolar ha concluido, aunque son muchos los colegios y escuelas públicas que imparten clases a distancia.
A la angustia y frustración que padecen los estudiantes de nivel básico y preuniversitario no se debería sumar penalidades o faltas imputables por ausencia forzosa de las aulas, aunque sería conveniente que al comienzo del nuevo año lectivo se refuercen aspectos docentes que queden pendientes.
Para autoridades, alumnos, maestros, padres y tutores, el retorno a clase pospandemia no será igual, tanto por las medidas de prevención, protección y aislamiento que tendrán que adoptarse en colegios y escuelas, como también por la reformulación de los currículos basados en una nueva realidad.
Tiene razón el ministro Peña Mirabal al señalar que las evaluaciones tendrán que aplicarse con la mayor flexibilidad posible para evitar afectar el progreso de los estudiantes, pero también deberían aprovecharse experiencias positivas como la interacción virtual entre profesores, alumnos, padres y tutores.
La propuesta de promover a los estudiantes que alcanzaron un promedio de 70% en sus calificaciones, de manera condicionada a quienes no lograron esa meta, parece razonable, especialmente si se mantiene el compromiso de llenar al comienzo del próximo año lectivo el tramo del actual calendario escolar que no se pudo completar.
La comunidad educativa, con la familia como núcleo esencial, autoridades y maestros, tiene el sagrado compromiso de redoblar esfuerzos y dedicación para recuperar el tiempo perdido e impulsar una auténtica revolución educativa al fragor de la nueva realidad que vendrá después de la COVID-19.

El Nacional

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