Editorial

El año escolar

El año escolar

El Gobierno anunció que la docencia del año escolar 2020-2021 será en la modalidad de educación a distancia y comenzará el 2 de noviembre, después de un período de un mes y 15 días de capacitación especial a maestros y de orientación a padres y tutores.

Durante un acto encabezado por el presidente Luis Abinader en el Palacio Nacional, el ministro de Educación, Roberto Fulcar, advirtió que los colegios privados podrán iniciar las clases virtuales siempre que den aplicación al programa oficial que incluye entrenamiento profesoral, ambientación e inducción a los estudiantes.

El presidente Abinader reveló en ese mismo acto que solo en dotación de equipos tecnológicos como computadoras, laptops, notebooks y conectividad el Gobierno invertirá unos 27 mil millones de pesos para garantizar el desarrollo del año escolar.

Las autoridades admiten que en ningún escenario sería posible impartir docencia presencial, por lo que desde la semana próxima se iniciaría la entrega gradual de computadoras y laptops a profesores y estudiantes de escuelas públicas.

Los 27 mil millones de pesos que se invertirán en equipos tecnológicos y conectividad para la docencia virtual, supera en RD$10,000 millones los 17 mil solicitados por el Poder Ejecutivo al Congreso para mitigar la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y extender hasta diciembre los programas de asistencia social.

Lo menos que se puede pedir es que la comunidad educativa y la sociedad en general respalden lo que las propias autoridades de Educación definen como el gran desafío para garantizar la continuidad de los procesos educativos sin arriesgar la salud y la vida de los estudiantes, profesores y familias.

Se entiende el propósito del Ministerio de Educación de evitar que se amplíe la brecha de inequidad educativa en escuelas públicas y colegios privados, pero no parece justo que desde el ámbito oficial se obligue a que la enseñanza privada inicie el calendario docente con tres meses de atraso, lo que significa incremento en costos de matrículas en perjuicio de padres y tutores.

Es obvio que la carga del año lectivo tendrá que acomodarse en el camino, incluidos los desafíos de dotar de equipos y conexión de internet a casi dos millones de estudiantes y de convencer a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) de sumar esfuerzo y voluntad. Un paso a la vez.

El Nacional

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