Hoy, mañana y mientras salga el sol u ocurra siempre el milagro de la noche, tenga presente -macho ibérico descarriado- que el único rencor posible contra una hembra es un bolero; que contra una mujer, es decir, la vida, la única agresión celebrada es, -a fuerza de besos-, domar su cuerpo. Y si llegara el desamor, los malos tiempos y su implacable olvido, tenga presente que la única venganza permitida es ser feliz.