Jalsen Santana solo quería ser actor y punto. Pero el universo y todos sus elementos conspiraron para que un buen día se viera de frente con la estrella internacional Andy García, con un papel de extra, en el filme “The Lost City”.
“Fue el primer trabajo que tuve en el cine, creo que de ahí en adelante dije: ‘aquí es donde pertenezco’. Interactué con grandes actores, claro no en escena pero si fuera del set. Entre ellos me les acerqué a Bill Murray, Andy Garcia, Inés Sastre, Dustin Hoffman, Robert Duval y Juan Fernández”, dice el joven actor.
Jalsen, un actor de conversación inteligente y metas bien claras, cuenta que vio a estos experimentados actores y siente que les cayó bien, porque trataba de no molestar ni poner conversaciones absurdas. Solo quería verlos actuar y de seguro absorber de su experiencia, para enriquecer la suya.
“Me concentraba en lo que hacían, cómo lo hacían y su forma de concentrarse antes de entrar al set, sí les preguntaba cuántas veces leían el guión, desde cuándo ensayaban y cosas así. Creo que fue una gran escuela para mí, tuve el privilegio de verlos y saber que debía aprovechar esta oportunidad que me había tocado”, recuerda el dominicano.
En sus inicios Jalsen hizo un poco de teatro infantil, obras en la escuela, teatro callejero y en la UASD realizó cortometrajes que eran las películas de ese entonces y las que estaban a su alcance.
Hoy, cuenta en su historia actoral en cine con participaciones en las películas dominicanas “El Hoyo del Diablo”, “La Lucha de Ana”, “Cristo Rey”, “Dos Policías en Apuros”, en la cual actúa y es productor general, y casi culmina, “Cuentas por cobrar”, donde asume el rol protagónico con el personaje Aquiles. Además estuvo en “La Gunguna”, entre otras que califica como producciones arriesgadas.
Subió puntos con “La Gunguna”
El actor reconoce que su trabajo subió puntos con La Gunguna, que le valió el premio La Silla como Mejor Actor.
Dice del famoso personaje de El Puchy que “era muy sincero y tenía la esencia del pueblo lo cual venía desde el guión, pero obviamente uno le adereza los matices. De la forma que trabajé en él me hizo ver que mientras más horas de trabajo tiene un personaje sale más maduro y con más textura. Le encontré la forma de hablar que necesitaba, la forma de caminar que merecía y los ademanes que llevaba. Me parece que por eso tuvo tan buena aceptación”.
¿Participarías en cine de poca calidad, si eres bien remunerado?
“En mi caso no hago cine porque me falta vigencia o porque el dinero me enamora, hago dinero con mi actuación, es cierto, pero el dinero no determina que yo esté en una producción, porque si el dinero es lo que me enamora en un proyecto y la película no logra márgenes de calidad, luego se ve afectada mi carrera y eso sí que es difícil enmendar”.
Dice que ha tratado de mantenerse en base a buenas propuestas y quisiera seguir esta línea de pensamiento, aunque la película no salga como se planteó en el guión, porque al menos no sentiría remordimiento.
El cine y las criticadas películas que se hacen rápidamente
Sobre las producciones que se hacen rápidamente o “a todo vapor”, Jalsen analiza que no es nuevo que las industrias nacientes tengan procesos apresurados y eso lo hemos visto en otros países donde muchos piensan que tener los recursos económicos les da licencia para hacer cine y no es así.
“Ser director y/o productor requiere disciplina de trabajo y constante estudio, pues un director debe renovarse en cada propuesta. Sé que hay proyectos que no se maduran bien, no se les da el cariño ni el tiempo necesario y los vemos en los cines con poca profundidad en el guión o problemas técnicos visibles, eso de verdad que le hace mucho daño, no a la industria, sino más bien a quienes la realizan”.
