El 50 aniversario del asesinato del periodista Orlando Martínez coincide hoy con un cíclico período de incertidumbre y degradación de libertades políticas, económicas y sociales a nivel global, por lo que la fecha debe asumirse como una reiteración del irrenunciable compromiso de luchar por la prevalencia del estado de derecho.
Orlando, asesinado vilmente el 17 de marzo de 1975, por sicarios civiles y militares al servicio del gobierno de los 12 años del presidente Joaquín Balaguer, fue un digno ejemplo de patriota y periodista que defendió con valor, honor y fervor su desempeño profesional y convicciones políticas.
A través de su columna Microscopio que publicaba en El Nacional, el malogrado periodista denunció con vehemencia formas de injusticia, iniquidad económica y marginalidad social, así como la corrupción administrativa y la cruenta represión perpetrada contra la población.
Regímenes de intolerancia se multiplican por gran parte de América Latina, estimulados por discursos segregacionistas y excluyentes provenientes desde grandes metrópolis que cercenan derechos inalienables, incluidos la libertad de prensa y de libre expresión del pensamiento.
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La persona, como figura determinante en el derecho constitucional, se degrada hoy en gran parte del continente donde los ciudadanos literalmente son arreados con látigo de represión hacia escenarios matizados por intolerancia, exclusión y despojo de prerrogativas como el derecho a la protesta pacífica.
Por la firmeza de sus convicciones, el ejercicio de un periodismo prístino, valiente, responsable y por su martirologio, Orlando Martínez se erige hoy como gran ejemplo que debe guiar a la prensa, periodistas y población en la defensa y preservación del espacio democrático por el que tanta sangre se ha derramado.
La sentencia definitiva contra autores materiales e intelectuales de la muerte del columnista de El Nacional y director de la revista Ahora,fue pronunciada 25 años después del asesinato, pero al cumplirse hoy 50 años, ese homicidio sigue encerrado en maliciosa página en blanco inserta en una desmemoria.
El Nacional recuerda hoy con profundo e imperecedero sentido de respeto y admiración a la figura del colega Orlando Martínez, mártir de la prensa, con reiteración de que su herencia de valor y ética en la defensa de la verdad y de la libertad prevalecerá por siempre en esta redacción.