Editorial Opinión

El mal menor

El mal menor

El presidente Luis Abinader resaltó ayer que si la producción agropecuaria nacional no se hubiese incrementado los precios fueran hoy más elevados, algo así como pregonar la Ley del Mal Menor en lo relacionado con los elevados niveles de inflación que agobian a la población.

Al señalar que el aumento de precios obedece principalmente a factores externos, el mandatario subrayó que mientras en Estados Unidos ha habido desabastecimiento de alimentos debido a la crisis económica, aquí se produce un aumento en la oferta de productos de la agricultura y la pecuaria.

Las expresiones del Presidente se sostienen en un informe del ministro de Agricultura, quien dijo que a excepción del ajo y la carne de cerdo, todos los demás rubros agropecuarios incrementaron su producción durante la pandemia, aun cuando se requiere saber en qué proporción.

El economista Apolinar Veloz publicó un listado contentivo de 99 productos de la canasta familiar con incremento de precios de dos dígitos durante el periodo diciembre 2020 a diciembre 2021, aunque se desconoce la metodología empleada para establecer esa comparación.

El Banco Central dispone de la más amplia red de encuestadores a nivel nacional, que permite al banco emisor obtener informaciones diarias sobre el comportamiento del Índice General de Precios (IGP) y elaborar estadísticas fiables sobre niveles de inflación tanto mensual, semestral como interanual.

El presidente Abinader no ha dicho que el IGP ha bajado ni tampoco que ha subido; lo que ha señalado es que no se ha producido desabastecimiento de productos agropecuarios, razón por la cual la inflación no ha sido más elevada, algo así como la Ley del Mal Menor.

Convendría que se elaboren escenarios posibles de alzas o bajas de precios a partir del incremento o disminución de la demanda, como consecuencia de afectación pandémica o recuperación de la economía, tal cual ocurre en Estados Unidos, donde el desabastecimiento estuvo marcado por una mayor disponibilidad de consumo.

A reserva de un mayor flujo de estadísticas, se recibe como buena nueva la noticia de que a excepción de ajo y cerdo, aumentó la producción de todos los rubros agropecuarios, pero es menester insistir en que la inflación, esa hidra cuyas siete cabezas requieren ser cercenadas con diversas acometidas, además del aumento de la producción agrícola y pecuaria incluye incidir sobre la baja en los precios de casi un centenar de artículos y servicios que también forman parte de la canasta familiar.

El Nacional

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