¿Qué Pasa?

El Puma revela encuentro con Luis Miguel en terapia intensiva

El Puma revela encuentro con Luis Miguel en terapia intensiva

El cantante venezolano José Luis Rodríguez, conocido universalmente como El Puma, reveló un episodio cargado de humanidad y simbolismo que lo unió a Luis Miguel en uno de los momentos más delicados de su vida.

La confesión llegó en el programa argentino La Mesaza, conducido por la veterana Mirtha Legrand, donde el intérprete de Dueño de nada conversó con franqueza sobre lo que vivió tras el doble trasplante de pulmón al que fue sometido en 2017.

Con 82 años a cuestas y una voz que aún transmite temple y gratitud, Rodríguez evocó la noche en que, inesperadamente, el astro mexicano de No sé tú se presentó en la clínica de Miami para visitarlo.

José Luis Rodríguez, El Puma, durante entrevista en el programa  “La Mesaza” de Mirtha Legrand.
José Luis Rodríguez durante entrevista en el programa “La Mesaza” de Mirtha Legrand.

El Puma lo narró con la serenidad de quien reconoce en ese instante un milagro de la vida y de la amistad artística, en un mundo del espectáculo donde las rivalidades suelen opacar los gestos nobles.

Según su relato, todo ocurrió entrada la noche, cuando una enfermera irrumpió en la habitación con una frase que parecía salida de un libreto improbable. “Hay un hombre que dice que es Luis Miguel”. La incredulidad fue inmediata. Génesis, la hija del cantante, reaccionó pensando que se trataba de un paparazzi intentando vulnerar la intimidad del hospital.

El Puma relata el conmovedor encuentro espiritual con Luis Miguel en el hospital

La joven salió a corroborar la insólita noticia y regresó pálida, como si hubiese visto un fantasma. “Es Luis Miguel”, alcanzó a decir con la voz entrecortada. El asombro se multiplicó en la habitación. Carolina Pérez, esposa de Rodríguez, también dudó de lo que escuchaba y decidió comprobarlo. Al regresar, confirmó lo inesperado: el hombre tras la gorra y las gafas oscuras era el astro mexicano.

La escena adquirió tintes de película. El hermetismo que caracteriza a Luis Miguel, tan celoso de su vida privada, se desmoronó ante la vulnerabilidad de un colega.

El Puma relató que la visita no fue para hablar de música, ni de escenarios, ni de fama; fue un encuentro espiritual, íntimo, donde las palabras se despojaron del oropel mediático.

“Vino, conversamos unas cosas espirituales que quería decirle y cumplí. Fue un gesto hermoso, y terminamos llorando”, confesó Rodríguez conmovido.

Lo que para cualquiera sería un detalle, para él representó una confirmación de que la vida está hecha de instantes irrepetibles, y que incluso las figuras más enigmáticas pueden tender puentes invisibles cuando el alma lo reclama.

El Puma insistió en que jamás llamó a Luis Miguel para pedirle que fuera. “Parece que el espíritu se pone de acuerdo”, dijo con voz emocionada. Ese encuentro lo interpretó como una señal de la providencia, una sincronía entre dos artistas marcados por el éxito, la soledad y la búsqueda de sentido más allá del aplauso.

Este episodio revela un lado poco visto de Luis Miguel, un artista envuelto siempre en rumores de distancias y aislamiento. Su visita al hospital fue un acto de empatía que derriba la coraza de inaccesibilidad que lo acompaña desde hace décadas.

La anécdota se instala como testimonio del poder de la música para unir destinos. Dos hombres que, desde trincheras distintas de la canción latina han marcado generaciones, se encontraron no en un escenario ni en un estudio de grabación, sino en una habitación de hospital.