Nunca antes en Estados Unidos unas elecciones habían generado tantas expectativas como las que se celebran hoy. El sistema democrático, las relaciones internacionales, el intercambio comercial y hasta el propio liderazgo de la nación están condicionados a los resultados de las votaciones más tensas en la historia de ese país.

Sobre todo, si el republicano Donald Trump se alza con la victoria. La tensión se ha incrementado frente a la actitud que asumiría el exmandatario si no es favorecido por el voto. Una victoria de la demócrata Kamala Harris no plantea la menor alteración en el panorama internacional y ni siquiera a nivel interno. Y si pierde en buena lid no vacilará, a diferencia de su contrincante, en reconocer su derrota.

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Trump ya demostró que no sabe perder cuando en enero de 2021 instó a sus seguidores a asaltar el Capitolio para impedir la proclamación del actual presidente Joe Biden. En el actual proceso al republicano se le ha atribuido la intención de declararse ganador antes que se conozcan los resultados de los colegios electorales, lo que de ser así tensaría más el ambiente.

En las encuestas Trump y Kamala han llegado igualados en la preferencia del electorado. Antes que cruzar los dedos para que el proceso transcurra en orden, países como República Dominicana tienen que prepararse para afrontar las adversidades ante una eventual victoria de Trump. Estados Unidos no es solo su principal socio comercial, sino la residencia de más de dos millones de compatriotas.