Representa una nota de aliento el interés que ha puesto el comandante del Ejército, Jorge Iván Camino Pérez, en la seguridad de la zona fronteriza. Aunque ha asegurado que la frontera está en calma el ingreso a territorio dominicano de indocumentados haitianos no deja de generar preocupación.
Esos haitianos que son detenidos aquí, sobre todo en comunidades fronterizas, es obvio que ingresan por esa frontera reforzada y sellada de que ha dado cuenta Camino Pérez. Y la sospecha que se tiene es que lo hacen con algún tipo de complicidad de los militares apostados en la línea divisoria.
En su condición de comandante del Ejército, Camino Pérez haría bien en efectuar una exhaustiva investigación sobre la entrada de indocumentados para corregir cualquier anomalía en el servicio de los militares en la línea fronteriza. Complace, por demás, que se haya aumentado el patrullaje, incorporado más vehículos y equipos para prevenir todo tipo de trasiego por la zona.
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Además de la circulación de indocumentados los militares tienen que impedir el contrabando de mercancías. Pero también que crucen a este lado de la isla líderes y miembros de las pandillas que tienen a Haití en zozobra.
Ante la violencia, la inseguridad, las convulsiones y otros males, el interés del alto oficial en la zona despierta entusiasmo sobre la necesidad de resguardar con acciones efectivas la línea fronteriza. Tratándose de una tarea que les compete los militares deben cumplirla con responsabilidad y disciplina.