Ante el tétrico panorama planteado por la inflación global y el desabastecimiento de artículos básicos, la vicepresidenta Raquel Peña y el ministro de Industria y Comercio, Víctor Bisonó, han tenido la saludable iniciativa de reunirse con productores y comerciantes para abordar el impacto de la crisis en el mercado local.

No se puede esperar que los problemas estallen con sus efectos devastadores para los consumidores para explorar soluciones, y menos aún cuando están a la vista. Hace tiempo que cunde el pánico sobre la escasez y carestía de los productos importados y el incremento de los fletes marítimos.

El ministro Bisonó explicó tras concluir el encuentro con los líderes empresariales que el Gobierno busca garantizar el abastecimiento de productos básicos importados a la población a precios asequibles.

El consumo en las fiestas navideñas, el efecto del ómicron y las tensiones internacionales han incidido en la crisis sobre el comercio que ha disparado los precios de los alimentos y otros artículos en los mercados. Estimula que las autoridades no se limiten a contemplar y explicar la grave crisis de suministro que amenaza a los consumidores, sino que coordinen acciones con los agentes económicos para prevenir escasez y enfrentar la carestía.

El encuentro, de acuerdo a informes, se caracterizó por la armonía y el compromiso de colaboración del sector empresarial para evitarle una crisis a la nación en el suministro de alimentos básicos.