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¿Es mi hijo selectivo con la comida?

¿Es mi hijo selectivo con la comida?

Santo Domingo.-  A la hora de la comida los padres escuchan muy a menudo el “No quiero, no me gusta, no tengo hambre” salir de las bocas de sus pequeños, lo que generalmente les causa dolor de cabeza, pues siempre es preocupante para ellos el tema alimentación.

Que el niño se resista a probar nuevos alimentos, que sus gustos hayan cambiado,  es decir, que lo que antes le gustaba ahora no le gusta, o solo se inclina a comer alimentos “equis”, puede significar que su hijo sea un “niño comedor selectivo”.  

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La nutrióloga Diana Ancona describe a un niño “picky eater” o selectivo, como “aquel que empieza a rechazar poco a poco alimentos, hasta que termina de tener una cantidad muy limitada de alimentos que consume. Generalmente prefiere alimentos dulces o pastas, nuggets, o comida más procesada, y hay un rechazo a frutas y verduras”.

Según la especialista, es muy común que exista una selectividad de alimentos en los infantes, pues alrededor del 80% de los infantes pueden ser comedores selectivos en algún momento de su niñez.  “De los 2 a los 6 años es cuando generalmente se presenta esta selectividad en alimentos”.

Diana Ancona

Ancona explica que existen muchas causas por la que un niño puede ser colectivo, destacando entre estas:

1. Un mal inicio de la alimentación complementaria. Muchas veces las mamás se desesperan en el inicio y no ofrecen alimentos de calidad por lo que puede tener repercusiones en edades más avanzadas.

2. Un mal entorno de alimentación. Por ejemplo, que la hora de la comida sea estresante, papás peleando, hermanos peleando. El bebé relaciona entonces que la hora de la comida es un momento incómodo.

3. El no tener unas rutinas establecidas. Es decir, el bebé come a la hora que sea y no aprende a diferenciar hambre, o antojo o simplemente aburrimiento.  

Si es una situación que se prolonga “esta situación puede afectar al niño,  ya que puede haber una deficiencia de nutrimentos, sobre todo de potasio, hierro, vitaminas y minerales. Los niños a esta edad siguen en desarrollo, sobre todo del cerebro, y esta carencia de nutrientes y buena alimentación puede ser dañina”, dijo a Que Pasa.

La nutricionista recomienda a los padres no enojarse, culpar o crear tensión con sus hijos,  para no empeorar la situación. En su lugar aconseja utilizar estrategias para hacer cambios “con una dieta variada, completa y balanceada, ofreciendo alimentos de muchos colores, formas y texturas desde el inicio de la alimentación complementaria”.  .