Si la JCE dispone de tiempo y recursos para sustituir unos escáneres obsoletos, que puedan crear problemas en la organización de las elecciones, que no se espere el último momento para sustituirlos.

Los partidos que se oponen por oponerse al cambio de los equipos tienen que ser más flexibles si en verdad están interesados en un proceso diáfano.

Lo que de ninguna debe hacer la JCE es excluir a las organizaciones del proceso relacionado con la sustitución de los escáneres. Los equipos que se buscan sustituir fueron utilizados en las primarias del PRM, así como en las elecciones de 2016 y 2020.

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El director de informática de la JCE, Johnny Rivera, explicó que los equipos, cuya vida útil ha sido sobrepasada, han comenzado a fallar de manera sistemática.

Y por su fragilidad no se debe continuar con ellos. En las primarias del PRM hubo que crear un equipo de contingencia ante los fallos presentados por los escáneres.

Las razones parecen pertinentes y la oposición debe comprenderlas, de la misma manera en que los tiempos en que la JCE era ley, batuta y Constitución deben permanecer en el pasado como un mal recuerdo.

La JCE tampoco puede abocarse al proceso si no cuenta con recursos y tiempo para hacer las instalaciones en el tiempo más prudente. La ojeriza de los partidos, sobre todo de la oposición, será siempre comprensible en un sistema que todavía arrastra muchas debilidades.