A pesar del histórico crecimiento de un 13.4% de la economía en los primeros cinco meses del año, las brumosas perspectivas de recuperación en América Latina plantean sus inquietudes.
El Banco Mundial dice que más de 4.7 millones de latinoamericanos han caído en situación de vulnerabilidad o pobreza por la abrupta interrupción del crecimiento económico.
Si la situación no es todavía peor ha sido gracias a programas sociales y los estímulos impulsados por gobiernos como el del presidente Luis Abinader. Para 2018, según el organismo, la clase media, cuya dimensión se toma como indicador de desarrollo, se convirtió por primera vez en el grupo predominante de la región.
Pero en 2020 el sector se contrajo alrededor de un 6.5% a causa de los efectos de la pandemia en el comercio, el turismo y las actividades productivas.
La crisis no incidió de igual forma en todos los países, pero la situación que se ha creado sugiere que la recuperación tendrá que lidiar con muchos factores. Pero aquí se ha registrado un crecimiento casi milagroso en medio de un cuadro tan adverso. Sin embargo, el panorama sugiere mucha cautela.
