“Este gobierno no va a tolerar esas acciones”, manifestó el jefe del Estado el primero de noviembre de 2020, al visitar a la familia de la niña de cinco años Yulensky Batista Cuevas, quien el día anterior fue asesinada por dos delincuentes que asaltaron al padre de ésta en Los Alcarrizos.

Esta fue la primera advertencia, teniendo el presidente Luis Abinader apenas dos meses y 15 días de asumir el cargo, en medio de la pandemia de covid-19 y cuando los actos delincuenciales parecían desbordar la capacidad de respuesta de las autoridades policiales y militares.

Después de esta el mandatario pronunció dos advertencia más, pero al parecer la que más impactó en la sociedad fue la del pasado sábado en el Club San Carlos, en la capital.

La población se ha acostumbrado a escuchar como normal palabras como: atracos, robos, asaltos, asesinatos, desapariciones, incertidumbre, desasosiego, resignación, impotencia, desesperación, criminalidad.

Solo hay que estar donde hay varias personas reunidas, leer los diarios digitales o impresos, ver los programas de noticias e informaciones, o navegar por las redes sociales para tener una idea de lo que se está viviendo en República Dominicana sobre asesinatos, robos y asaltos en cualquier lugar a cualquier hora.

Las redes sociales han sido invadidas por videos de todo el país, en los que se ve todo tipo de actos delictivos incluyendo allanamientos de morada, asaltos e intentos de asesinatos a taxistas, pero sobre todo se pueden ver equipos de hasta cuatro motocicletas con ocho hombres atracando a plena luz del día.

La situación ha sido tan crítica en los últimos días que el presidente Abinader ha vuelto “como en otras ocasiones” a tratar el tema de forma enfática, enojada y amenazante. Esta vez “ les quiero decir en estos momentos que los delincuentes o se entregan o serán enfrentados drásticamente por la Policía Nacional y por el Gobierno”.

“Y que sepan que cada día nos preparamos para que todos los que quieran pasar a ser hombres y mujeres de bien, nosotros aceptarlos, prepararlos y ayudarlos, pero los que deciden, los que tienen otra decisión de alterar la paz y la seguridad serán enfrentados en cualquier terreno por este Gobierno”, agregó el mandatario el sábado pasado.
A decir de algunos, este pronunciamiento del Presidente es una sentencia para que los delincuentes se entreguen o serán enfrentados, o apresados vivos o muertos por la Policía Nacional, pero también es un llamado para la institución del orden de que debe empezar a hacer su trabajo.

“Ya el Presidente tiene que estar jarto de ese tema. El Gobierno no ha podido hacer nada contra la delincuencia, ya son dos jefes de Policía que ha puesto y todo sigue igual o peor. Además él sabe que el tiempo se agota y es el tema más importante en estos momentos y el Gobierno tiene 0/100”, dijo Genaro Vargas, comerciante de Santo Domingo Este.

Medidas
Desde antes de llegar al poder, Abinader ya hablaba de la obligación de una reforma policial como eje básico para combatir la delincuencia y la brutalidad policial. A su llegada inicia la reforma y se informa de la implementación de una serie de medidas que hasta ahora no se aplican.

Como parte de las medidas se tiene la instalación de cámaras en todas las patrullas y la creación de un centro operativo policial en tiempo real, contando con el apoyo de las cámaras fijas del 911, aunque esto se hizo en unas 300 patrullas, estas no se ven en ninguna parte.

Consulta criminológica por medio a teléfonos celulares en las patrullas para la depuración no intrusiva y respetuosa de los ciudadanos que sean requeridos por la autoridad en cualquier circunstancia, es otra medida que aún no se aplica.
La instalación de cámaras en todos los destacamentos y también la creación de un centro de control y monitoreo de los destacamentos en el Ministerio de Interior y Policía, tampoco se ha podido poner en funcionamiento.

Aunque se sabe de la implementación de drones, del reentrenamiento de policías, y de la aplicación de algunas medidas, la vigilancia policial (patrullas a pie, en motocicletas y en camionetas) en las calles del Gran Santo Domingo es casi inexistente.

La verdad es que desde hace varios años, sin importar la provincia ni el sector, ya no se puede caminar por las calles libremente, se debe tener en cuenta a quién se le abre la puerta de su casa, y tener cuidado el vehículo que se aborda pues cualquier hombre o mujer sin importar la edad podría ser un delincuente.

Sin importar la hora del día o la noche, hombres en veloces motocicletas (de todas marcas y cilindrajes preparadas para huir) y armados con pistolas y revólveres se adueñan de los barrios y sectores del país, despojando a hombres y mujeres de las pertenencias de valor que porten, principalmente celulares, laptops y prendas.

UN APUNTE

Causas
Altos niveles de desempleo, falta de oportunidades, deserción escolar, baja calidad en educación, desintegración familiar, pocas políticas públicas para combatir la pobreza y la desigualdad, la corrupción, la drogadicción y el tráfico ilegal de drogas, los nuevos hábitos de consumo impuesto por la publicidad y la música urbana, entre otros factores inciden en el aumento de la delincuencia y la criminalidad en todo el país.