Articulistas

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

Rafael R. Ramírez Ferreira

Primero hay que sacar la basura, para luego pulir el piso.-

La realidad es que quisiera hablar solo de incongruencias, sin importar que tengan carácter político o social, aunque me parece que todas las grandes divergencias entre el decir y el hacer caen dentro de estas categorías. Y es que, hemos vivido en las últimas décadas, deambulando entre nebulosas, falsas percepciones e hipocresías en el accionar nacional, que nos han alejado de la realidad de la cosa, para sumergirse y sumergirnos en la Cosa Nostra.

La Institucionalidad se descartó por las teorías afuncionales mientras, por su parte, las autoridades, en base a un supuesto programa de disuasión, cual, si todas ellas fuesen partidos políticos, sin tomar en consideración de que ya de por sí, todas ellas ya parecen y son, hoy en día, solo cascarones viejos, vacíos de contenido, sin valor alguno, donde el mejor ejemplo lo constituye, la Policía Nacional.

Se ha convertido en todo un adefesio de autoridad, producto del desgano para el entrenamiento y la correcta administración de los recursos materiales y humanos.

Prefirieron irse por las ramas y el exhibicionismo -como ese de las caravanas de vehículos nuevos, con sus centellas todas encendidas-, adoptando esta modalidad, donde ya, cuando andan en persecución de alguien o algo, nadie les abre el paso, porque lo común, es que siempre, sin razón lógica alguna, patrullan con las centellas encendidas, sin existir ninguna urgencia.

Esto, en apariencia, no tiene importancia alguna y pensar así, se convierte en un grave error, el cual hoy todos pagamos, por cosas medalaganarias, o un desgraciado acomplejado ego, buscando falsos protagonismos.

Producto de lo antes dicho, la Policía se decantó por un tollo de “Modernización”, matizada por una lucha atroz de intereses y poderes radicalmente personales o políticos, cuyo mayor aporte fue cambiar nombres y crear un organismo para restarle autoridad al jefe de la institución, algo muy parecido a un “comité”, para proseguir protegiendo determinados intereses, mientras socaban el mando de quien se encuentre en la cabeza.

Por eso insistimos que hay ítems que desnudan por entero los problemas que han llevado a este estado de ineficiencia, corrupción y abuso que hoy exhibe esa institución.

Tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas -a la cual me referiré en su momento-, la columna vertebral que las debe mantener eficientes y creíbles lleva por nombre “Entrenamiento” y si no ha desaparecido en su totalidad, lo que queda, es algo obsoleto, absurdo y más dirigido hacia las obligaciones militares que a las policiales.

Podríamos, inclusive, iniciar por el uso de los rangos militares, cosa esta que una vez fue corregido, pero, por debilidades políticas, volvieron a lo mismo.

Y es que tanto los militares como los policías, no han querido comprender, que la fuerza se entrena de acuerdo al enemigo y, en este caso, la policía no entiende que la ciudadanía no es ningún enemigo, sino, alguien a quien deben de proteger, pero, desconocen las herramientas para identificar o clasificar quien es quien.

Solo hay que mirar las actuaciones policiales, donde, lo primero que sale a relucir, es el arma manipulada, si se trata de una pistola, o el revolver en la mano, antes de cualquier identificación, ya que desconocen lo más básico de lo que se llama: Perfilado.

Tal ha sido la degradación, que siquiera uniforme de paseo poseen los policías, haciendo -al igual que las FF.AA.- del traje de faena, su manera de vestir en la calle, razón por la cual, se desconoce quien está o anda de servicio y quien disfrutando de libertad.

El problema es grave y de difícil solución hasta que no se limpie por completo ese organismo, razón por la que consideramos, que el informe será algo bonito; bien estructurado; con muchas plataformas y ejes; una obra maestra de confección, corrección y redacción, pero: ¿Será efectivo? ¿Se podrá ejecutar o será acaso un ejercicio académico más de expertos? Y a propósito, nombraron un nuevo jefe policial, como si dijéramos, crónica anunciada de una designación. ¡Sí señor!

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira
rafaelelpiloto1@hotmail.com

El Nacional

La Voz de Todos