Editorial

Evitar catástrofe

Evitar catástrofe

El jueves la positividad diaria se colocó en 19.12%,

A regañadientes, autoridades de Salud admiten que República Dominicana ha ingresado a una cuarta ola de coronavirus, pero afirman que esta vez la incidencia de contagios es mucho menor que la registrada durante las tres veces anteriores, aunque indicadores de positividad y hospitalizaciones indican lo contrario.

Del 15 al 28 de octubre se produjeron 11,205 contagios de covid-19, y el promedio diario se acerca a los 800 casos, muy lejos de la meta de reducción de menos de 200 contagios por día para poder hablar de relativo control pandémico.

El jueves la positividad diaria se colocó en 19.12%, aunque al día siguiente bajó a 11.79% y ayer se reportó en 13.99% y la acumulada en casi un 12%, con 665 pacientes internos, 255 en cuidados intensivos y 164 bajo respiración asistida, estadísticas todas muy preocupantes si se toma en cuenta que desde este lunes, en términos formales comienzan las festividades navideñas.

Al 27 de octubre, se reportan cinco millones 299 mil 671 personas completamente inoculadas y un millón, 201,730 que se aplicaron la tercera dosis, estadísticas alentadoras, máxime si se agregan los ciudadanos que solo se han inyectado una primera vez, con los cuales el número asciende a 6.7 millones.

Resulta muy preocupante que por desidia, ignorancia, negligencia o contrariedad, casi tres millones de dominicanos aún no se han inoculado ni siquiera con una primera dosis, a pesar de que hay suficientes vacunas y puestos de vacunación disponibles.

Hasta hoy, en ninguna parte del mundo, incluido naciones más ricas y avanzadas del planeta, se ha comprobado otra forma científica para afrontar la propagación del coronavirus que no sea a través de la inoculación de vacunas, por lo que carecen de asidero los argumentos o excusas para evadir la responsabilidad de inocularse.

Esta cuarta ola de contagios puede ser mucho más peligrosa que las anteriores porque la mayoría de la población se ha desentendido del cumplimiento del protocolo de prevención pandémica, en especial del uso de mascarilla, mantenimiento del distanciamiento y lavado frecuente de las manos.

Noviembre y diciembre se caracterizan por fiestas, bailes, bebederas y parrandas, escenarios propicios para incremento exponencial de contagios, a menos que la ciudadanía alcance a entender que es absolutamente imprescindible asociarse a todas las medidas de previsión contra el virus, iniciando por completar al menos dos dosis de vacuna. Solo así se evitaría una catástrofe sanitaria.

El Nacional

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