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Fin mafia de la arena

Fin mafia de la arena

Orlando Jorge Mera

Durante años, la denuncia en medios de comunicación y de comunitarios de los más diversos sectores ha sido una constante: el parcelamiento sistemático de los terrenos de Las Dunas de Baní, una práctica reincidente con la clara intención de sacar réditos particulares, a través de asentamientos agrícolas y humanos; y eventuales ventas de terrenos al límite o dentro de la Reserva Científica Monumento Natural Félix Servio Ducoudray, declarado así en 1996.

La Iglesia Católica, así como la sociedad Ecológica de Baní y dirigentes comunitarios de Las Calderas, Las Salinas y el distrito municipal Las Matanzas, siempre han denunciado que muchos camiones, cargados con basura, accedían al lugar para verterlos y abandonar la zona cargados de arena.

 Durante semanas y meses se dijo que había un descuido histórico, lo cual es cierto. En respuesta, atendimos la problemática desde el primer día que llegamos al ministerio. De hecho, en agosto del 2020 fui a Baní y me reuní con monseñor Víctor Masalles. En aquel momento sostuve públicamente que había una agenda medioambiental pendiente y que trabajaríamos juntos.

Dicho y hecho. Luego de una investigación exhaustiva y prolija, estamos resarciendo el daño de muchos años en esta área protegida, donde mafias han comercializado arena ilegal de las dunas, poniendo fin a esta práctica irregular y sometiendo a la justicia a los criminales que han afectado el patrimonio de todos los dominicanos.

En seguimiento a esta situación, visitamos la zona por tercera ocasión en los últimos meses, con el objetivo de inspeccionar y dar seguimiento a las investigaciones que se están llevando a cabo. El aviso fue claro: a pesar de haber detectado y probado que el sometido es parte de la red criminal, nuestro norte es apresar a todos aquellos que estén involucrados en esta barbarie contra la naturaleza y el medio ambiente.

Siempre apegados a la Constitución y la Ley-6400, someteremos a la justicia a los demás infractores de los delitos ambientales detectados en las dunas. También, de manera preventiva, procedemos con la instalación de casetas o garitas de vigilancia para el control de acceso a los puntos donde se produjeron las extracciones. Esto nos permitirá erradicar esta práctica nociva y sentar un precedente, el antes y el después en materia de protección de esta y todas las áreas protegidas de la República Dominicana.

Las Dunas de Baní les pertenece a todos los dominicanos, y vamos a trabajar incansablemente por su recuperación. Juntos somos más en la recuperación de nuestro medio ambiente y recursos naturales.