La Dirección de Prisiones no tardó en atribuir a un cortocircuito el incendio que por ahora ha dejado un saldo de tres muertos y varios heridos en el penal de La Victoria.

Pero con los escándalos que han sacudido el recinto y las incógnitas que rodean el siniestro es obvio la necesidad de una exhaustiva investigación.

En La Victoria se detectó hasta la operación clandestina de un centro de tecnología, que a la fecha no se sabe quién lo operaba o si se han establecido responsabilidades.

Es importante determinar qué provocó ese cortocircuito que generó el incendio, pues en el centro nada se puede descartar.

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Tiene que efectuarse una investigación, con la cual no puede ocurrir lo mismo que con otras que se han dispuesto sobre motines y escándalos en el recinto, que se han quedado en el camino.

Aunque el incendio haya sido casual, por la gama de escándalos en el penal se puede pensar que fue intencional, sea para borrar evidencias de algún escándalo que compromete a alguien, o en rechazo a alguna decisión de las autoridades.

Todo puede ser posible en un recinto donde operaba de manera clandestina, en las mismas narices de las autoridades, un centro de tecnología, además de denunciarse que desde las instalaciones reclusos dirigen redes criminales.

El siniestro tiene que investigarse a fondo para que salga a relucir toda la verdad. Más aún para establecer, además de los muertos y heridos, la magnitud de otros daños materiales.