Técnicos de la Policía Científica recogen evidencias en el lugar donde fueron ejecutados los cuatro hombres ayer.
Cuatro hombres fueron ejecutados en un solar baldío donde funcionaba un matadero clandestino de reses, en Arroyo Cañas del municipio de Rancho Arriba, en San José de Ocoa.
Aunque los cuerpos fueron encontrados a las 9:30 de la mañana, residentes en la zona dijeron haber escuchado disparos alrededor de las 7:30 de la mañana.
En el lugar circuló el rumor de que las muertes se produjeron durante un enfrentamiento por el control de drogas.
Los cuatro cuerpos tienen varios impactos de bala.
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Fuentes de la Policía confirmaron que el hecho guarda relacionado con asuntos de narcotráfico.
También entre moradores circuló la versión de que los cuatro hombres habrían hallado un alijo de droga, la que fue reclamada por narcos, pero se negaron a devolverlo y estaban buscando mercado en Ocoa.
El coronel Diego Pesqueira, vocero de la Policía, dijo en Santo Domingo que los cuatro fueron ultimados por un grupo que se presentó al lugar y disparó contra ellos.
Explicó que para fines de investigación se encuentra detenido el propietario del matadero y varios haitianos y expresó que la Policía y el Ministerio Público trabajan de manera conjunta para establecer la realidad del hecho.
El levantamiento de los cadáveres fue realizado por el Ministerio Público en compañía de médicos legistas y miembros de la Policía Nacional.
Tres de los cuatro fueron identificados por sus familiares y médicos legistas del Instituto Nacional de Ciencias Forense (Inacif).
Uno de los fallecidos fue identificado como Jeffry Concepción Paredes, de 34 años, quien según una hermana, trabajaba construcción en la zona.
Altagracia Coronado Paredes indicó que no tiene conocimiento si su hermano tenía inconvenientes con alguna persona.
Los otros dos identificados son Juan Manuel Mordán Villar (Alexis), de 34 años y Cesarín Liranzo, de 28 años de edad.
Mordán Villar, según sus familiares, se dedicaba a los trabajos de peluquería y Liranzo no podía caminar, por lo que estaba a la espera de una cirugía que le permitiría retornar a la normalidad.
Dos de los cuerpos fueron encontrados uno en una silla y otro en la grama alrededor.
Antigua Villar Paredes, madre de Jefry, narró que su hijo salió de su casa a las 7:00 de la mañana a comprar un desayuno, el cual fue a llevar a otro de los fallecidos.
“Fue a un negocio a comprar un desayuno, parece que vino a traérselo a alguno de ellos y cuando me llaman ya estaba muerto”, dijo.
La señora declaró que su hijo había recibido amenazas de muerte semanas atrás.
Caso de Paya
Un caso similar ocurrió el 4 de agosto de 2008 en Paya, Baní, donde siete colombianos vinculados al narcotráfico fueron raptados y ejecutados en una plantación cañera.
Los asesinados fueron Oscar Darío Naranjo, Darío José Atencio, Eduardo Fabio de León Perozo, Jesús del Río Hans, Antonio Zuluaga Mustiola o Cerino Enrique Marín Gutiérrez, Apolinar Altamirano Cuéllar y Geovanny Bowie Duffis.
En esa ocasión, el nicagarüense Orin Clinton Gómez, único sobreviviente, identificó al ex mayor de la Policía Frederick Guillermo Medina Abud y a dos colombianos como los que participaron en la operación.