Aparente calma

Por lo general, en este periodo, cada cuatro años, el fútbol nacional está en plena ebullición porque es el momento en que se celebran – o deberían celebrarse – las elecciones del Comité Ejecutivo de la Federación Dominicana de Fútbol.

En esta ocasión la situación luce diferente y, aunque existe una aparente tranquilidad, eso no significa que necesariamente sea así. Dicen por ahí que, cuando el mar parece estar en calma, no quiere decir que no esté sucediendo algo en las profundidades.

Nuestro fútbol ha vivido cuatro años muy intensos en los que los astros han estado de nuestro lado y los resultados de las diferentes selecciones posicionaron al fútbol nacional en un sitial preferencial.

Para los de afuera que no votan, es decir el gran público y los medios de comunicación, la gestión realizada ha sido impecable y hay quienes se arriesgan a decir que inmejorable. Sin embargo, ese no es el parecer de las Asociaciones líderes, de los auténticos multiplicadores de nuestro fútbol y hasta de algunos disidentes.

Lo que llama poderosamente la atención es que – a la fecha – ningún aspirante se ha manifestado al respecto, lo cual es inquietante porque nuestro futbol no puede permitirse improvisaciones.
Las fechas para las elecciones de muchas Asociaciones ya han caducado y la de la Asamblea eleccionaria de FEDOFUTBOL todavía no se ha dado a conocer y – según dicen – está sujeta a una determinación de la FIFA.

En todo tipo de gestión política/deportiva, la alternancia es saludable porque dinamiza, democratiza y permite que otros ejecutivos aporten nuevas ideas, aunque todos sabemos que el modelo del fútbol mundial es reeleccionista.

Los silencios de los secretos a voces a nadie favorecen y creemos que es el momento de quitarse la careta y tomar posiciones.

Ya la época de la inquisición es cosa del pasado y con valiente determinación y por la salud y bienestar de nuestro fútbol, los candidatos, incluidos las actuales autoridades, deberían pronunciarse y presentar sus propuestas.

Propicio es el momento para recordar que nuestras vidas no mejoran por casualidad. sino que mejoran con el cambio y que, las zonas de confort son hermosas, pero, ahí no crece nada…

Por: Jorge Rolando Bauger
jbauger@hotmail.com