Una patria agradecida conmemora hoy el 57 aniversario de la Expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, integrada por 198 combatientes, cuya inmolación marcó el comienzo del fin de una tiranía sin ejemplo y el nacimiento de la Raza Inmortal.
El 14 de junio de 1959, 54 expedicionarios llegaron en un avión con la insignia de la Aviación Militar Dominicana que aterrizó en el aeródromo de Constanza para, tras breve combate, internarse en la Cordillera Central.
Cinco días después, arribaron por la costa norte 144 patriotas, a bordo de dos lanchas, la mayoría de los cuales fueron aniquilados antes de llegar a tierra por los proyectiles de aviones que bombardearon y hundieron esas embarcaciones.
De la expedición apenas sobrevivieron seis combatientes: Francisco Medardo Germán, Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Alfredo Almonte Pacheco y los cubanos Delio Gómez Ochoa y Pablito Mirabal. Todos los demás murieron en combate o fueron hechos prisioneros y fusilados por el ejército regular.
Lo que en términos militares significó un holocausto, se convirtió en el supremo sacrificio sobre el cual germinó el ideal de libertad el 30 de mayo de 1961 con el ajusticiamiento del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina.
Jóvenes de todos los estamentos sociales se alistaron en heroica empresa con la misión de derrotar a uno de los ejércitos mejor entrenados y armados del Caribe y Centroamérica, por lo que con toda propiedad se proclama que esos combatientes se enamoraron de un noble ideal, el ideal de la libertad.
Presentes y futuras generaciones han de saber que la expedición del 14 de junio de 1959 representa uno de los episodios más sagrados de la historia nacional y que a esos legionarios les debe la República el encendido de la llama liberadora que muchos otros patriotas han mantenido prendida con propia sangre.
Se rinde honor a la Raza Inmortal con la renovación del compromiso de no permitir jamás que regímenes tiránicos se aniden sobre la Patria de Duarte. ¡Gloria eterna a los héroes y mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo!