
El presidente Lyndon B. Johnson le preguntó al director de la CIA si esta agencia fue sorprendida por el deterioro de la situación en RD, pero aun se ignora la respuesta
El presidente Lyndon B. Johnson le preguntó al director de la CIA si esta agencia fue sorprendida por el deterioro de la situación en RD, pero aún se ignora la respuesta.
El inicio de la Guerra de Abril en 1965, de la cual se cumple 60 años, pudo haber sorprendido a la CIA, de Estados Unidos, ya que no advirtió adecuadamente del movimiento a los responsables políticos del Gobierno norteamericano.
El presidente estadounidense Lyndon B. Johnson le preguntó a William -Red- Raborn, nuevo director de la CIA, el 28 de abril de 1965, juramentado en el cargo en sustitución de John McCone, si esta agencia fue sorprendida por el deterioro de la situación en República Dominicana.

Aún se desconoce cuál fue la respuesta de Red Raborn al Presidente.
Según las transcripciones de cintas de la Casa Blanca publicadas en el 2015 por el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, esta pregunta anticipó posteriores disputas sobre si las agencias de inteligencia habían fallado en percatarse del eventual estallido.
Las cintas de la Casa Blanca grabadas en secreto por Johnson ofrecen una visión íntima y profundamente texturizada de su toma de decisiones durante la crisis.
Las grabaciones confirman que Johnson lamentó haber ordenado el envío de tropas estadounidenses a República Dominicana en 1965, sin embargo, insistió: «Haría lo mismo ahora mismo».
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El mandatario también deploró que la crisis hubiera costado vidas estadounidenses y que hubiera tenido consecuencias nefastas sobre el terreno, así como para la posición política de Estados Unidos y de Johnson.

El presidente estadounidense anunció la intervención estadounidense en Santo Domingo, en un discurso a su país, el 28 de abril de 1965.
Antes de la alocución en horas de la noche, por la tarde habían desembarcado 500 marines norteamericanos por el puerto de Haina.
La explicación de Johnson para enviar a los marines a República Dominicana fue rescatar a los estadounidenses en peligro debido a la guerra civil en Santo Domingo. Sin embargo, su principal motivación, como confirman las cintas y transcripciones, fue evitar una toma del poder comunista.
Johnson basó su decisión en los informes de la CIA y otros miembros del gobierno estadounidense de que el presidente cubano Fidel Castro, había estado detrás del reciente levantamiento.
El presidente Johnson le confió a su asesor de seguridad nacional: “No quiero despertar… y descubrir que Castro está al mando”.
Tras el estallido del 24 de abril de 1965, el embajador de Estados Unidos en la República Dominicana, William Tapley «Tap» Bennett, Jr., advirtió a Johnson que la situación se estaba volviendo peligrosa para los ciudadanos estadounidenses en el país y que las influencias externas probablemente estaban desempeñando un papel influyente en la revolución, y que no se podía perder tiempo para actuar y esperar para reunir una coalición internacional a través de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Contrario al consejo de muchos de sus asesores principales, Johnson decidió personalmente enviar a los Marines a RD. Según su misión declarada era “proteger y evacuar a los ciudadanos estadounidenses de la isla”.

Explicó en su discurso la noche del 28 de abril, que esta misión era «para proteger a cientos de estadounidenses que aún se encuentran en la República Dominicana y escoltarlos de regreso sanos y salvos a este país».
Es notorio que Johnson es esa alocución no mencionó ninguna amenaza comunista ni tampoco la había mencionado en sus comentarios en la conferencia de prensa de la tarde anterior.
Johnson había eliminado específicamente cualquier referencia a este tipo de los borradores de su declaración para enfatizar los aspectos humanitarios y de mantenimiento de la paz de la intervención.
Pero había un segundo aspecto importante de la misión militar. Y así lo expresó el Jefe del Estado Mayor Conjunto, general Earle Wheeler, en sus órdenes al general Bruce Palmer Jr., comandante de las fuerzas estadounidenses, que la misión tenía dos objetivos: uno anunciado y otro no anunciado.
La anunciada es salvar vidas estadounidenses. La no anunciada es evitar que la República Dominicana se vuelva comunista. Johnson había declarado que no permitirá otra Cuba en el continente y que debían de tomar todas las medidas necesarias para cumplir esta misión.
El presidente estadounidense temía que fuerzas castristas y comunistas amenazaran con instaurar un régimen comunista en la República Dominicana. Pero, había pocas pruebas contundentes de dicha influencia, algo que Johnson sospechó en aquel momento y que motivó posteriores manifestaciones privadas de arrepentimiento.

El portaaviones USS Boxer fue estacionado frente a la costa de la capital dominicana y estaba siendo utilizado como base flotante para evacuar a estadounidenses en helicóptero desde un campo de polo junto al Hotel Embajador, en Santo Domingo.
El movimiento revolucionario tenía el propósito del retorno al poder del profesor Juan Bosch, quien había sido derrocado el 25 de septiembre de 1963.
El movimiento militar fue encabezado por el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, quien al momento del estallido del 24 de abril se encontraba exiliado en Puerto Rico junto a Bosch.
Tras el fracaso del gobierno provisional de José Rafael Molina Ureña, tomó las riendas del país el coronel Francisco Alberto Caamaño, quien fue juramentado como presidente constitucional de la República el 4 de mayo de 1965.