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Habitantes de La Zurza también tienen su oasis para enfrentar el verano

Habitantes de La Zurza también tienen su oasis para enfrentar el verano

Esta es la poza principal que da el nombre al sector de La Zurza. Diariamente recibe decenas de lugareños que la usan como balneario público.

En la margen oeste del contaminado río Isabela están los manantiales de La Zurza como un oasis en medio de la contaminación, basura y pobreza del sector que recibe el nombre del principal de estos pozos de agua  cristalina en la zona norte del Distrito Nacional.

Son tres las pozas que hay en este sector a  lo largo del río hasta llegar al puente J. Peynado (de Villa Mella). A través del tiempo estos pozos además de ser aprovechados para la recreación y el esparcimiento han sido los suplidores alternativos  del agua para los quehaceres del hogar (limpiar, lavar, fregar, bañarse, etc.) para los habitantes del lugar.

Durante todo el año, como ocurre en los ríos de los campos del país, y principalmente los días calurosos, las personas visitan este manantial para pasar un buen rato y hasta tomarse un trago mientras escuchan música entre amigos y familiares.

Este manantial, el tercero en La Zurza, parece más bien un jacuzzi./Foto Jorge González
Este manantial, el tercero en La Zurza, parece más bien un jacuzzi./Foto Jorge González

Los niños, de su lado, usan estos pozos no solo como balneario, sino también como su centro de esparcimiento y diversión.

Como si fuera una condición para la formación de estas pozas, al igual que la de las pozas de Gualey, están formadas a orillas de un río (algo lógico) pero también se encuentran en los dos sectores más pobres y de más alto índice de delincuencia y vulnerabilidad por composición geosocial.

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De las tres piscinas naturales visitadas, la primera y más grande que es la llamada La Zurza, queda debajo de un barranco, por el cual los habitantes de la parte alta tiran basura, y casi al lado de una cañada. Esta funciona como si fuera balneario comercial a tal punto que en el lugar hay dos frituras.

Los negocios hacen la segunda poza muy popular./ Foto Jorge González

Luego están las otras dos pozas que son de menor tamaño y profundidad. Paradójicamente este sector que es rico en agua  por estar situado en la parte oeste del río Isabela, por tener tres de estas piscinas naturales, y seis cañadas, carece de agua potable para su uso, por lo cual se ven obligados a recurrir a estas pozas, comprarla o esperar las donaciones de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) cuando llega. 

Una entidad que opera en el área, la Fundación de Saneamiento Ambiental de la Zurza (Fundsazurza) en años atrás inició el «Programa de Rehabilitación de los Humedales del Isabela», en busca del rescate y acondicionamiento de esta importante área.

Aunque el programa tenía como objetivo conservar este patrimonio hídrico natural garantizando y mejorando las condiciones de los balnearios, el buen uso por los lugareños y visitantes a La Zurza, la condición en que se encuentran estas esta pozas es deplorable, ya que aunque sus aguas lucen limpia no están acondicionadas y su entorno está sucio.

Esta fritura en La Zurza vende salami, longaniza, fritos de plátanos y yuca.

Por la pobreza y las condiciones de marginalidad en que se vive en la zona con apagones casi siempre, sin parques, ni gimnasios,  ni espacio para recreación, ni esparcimiento, estos pozos se convierten en los lugares más visitados del área aunque no se vayan a bañar.

Intervenir

Estos balnearios cuyas aguas fluyen desde lo  profundo de la tierra, llegando a la superficie y creando  manantiales de agua de un azul verdoso, están amenazados por la contaminación de la zona, provocada por la gran cantidad de desechos sólidos lanzados por los pobladores, así como la inseguridad social y la construcción de calles y avenidas cercanas, sin que el Ministerio de Medio Ambiente se dé por entrado.

Jorge González

Periodista, fotógrafo, reportajista y editor fotográfico de El Nacional