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Haití y armas poderosas

Haití y armas poderosas

Hugo Ysalguez

Mientras la población haitiana está sumida en una penosa y asombrosa hambruna, las bandas criminales que gobiernan a Haití, compran numerosas armas de altos calibres en los Estados Unidos, algunas capaces de tumbar helicópteros y demoler estructuras situadas a largas distancias, disparadas desde su territorio, cuyos objetivos no deben ser otros que ocasiones bajas y destrucciones a la República Dominicana.

Las autoridades federales estadunidenses han incautado en los últimos meses, en tres operativos armas poderosas con destino a Haití compradas por temibles bandoleros usados como paramilitares por organismos internacionales, a los fines de aplicar y ejecutar una agenda que persigue fusionar a los dos países, con predominio de los haitianos, un proyecto que solo se lograría matando alevosamente a unos 10 millones de dominicanos, dispuestos a ofrendar sus vidas para salvaguardar la Patria de cualquier intento de apoderarse de nuestro terruño.

Según los federales norteamericanos, las armas incautadas, que incluyen ametralladoras calibre 50, son muy costosas y ese dinero debe de las ONG que apoyan a Haití y de organismos extranjeros que apoyan subrepticiamente, una coordinada campaña de agresiones contra la población dominicana.

Y no mencionó a los militares nacionales, pues dan notaciones de tener instrucciones de no repeler cualquier ataque haitiano, dado que hemos visto guardias corriendo cuando se escucha disparos de armas de fuego del lado de la frontera por Jimaní, algunos preguntando por refuerzos como se oye en un audio, minutos después que un celador de aduanas ultimó a un haitiano que se rebeló violentamente contra las autoridades, al rehusar un cheque a su equipo y varias maletas para entrar al país.

Cuando las bandas asesinas se acerquen a la frontera con sofisticados armamentos de grueso calibre, ¿qué harán los militares que están de servicio en la línea limítrofe con Haití? Creemos que no hay respuestas, en tanto los grupos nacionalistas se están preparando para resistir una embestida haitiana, pues hay mucha timidez e indiferencia en los cuarteles frente al peligro de Haití y sus bandas muy bien armadas, aunque hay militares prestos a desoír las órdenes de sus superiores cuando llegue la última batalla.