El golpe histórico que se ha propinado al narcotráfico con la confiscación de unos 2,200 kilos de cocaína es también una ruidosa señal de alarma.

Cuesta que la red se expusiera a introducir 2,188 kilos de la droga por el puerto multimodal Caucedo sin tener contactos importantes en los servicios de seguridad.

La droga habría llegado en un contenedor procedente de Ecuador, en una carga de banano, que tenía como destino a Rotterdam, Holanda.

El Ministerio Público, la DNCD y la Dirección de Aduanas dieron con los paquetes de cocaína durante una revisión del contenedor. Cada confiscación deja siempre una estela de conjeturas.

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Se dice que el narcotráfico suele sacrificar cargamentos para colar otros. Pero lo que no se concibe es que los narcos se aventuren con operaciones de tanto volumen, si no tienen buenos contactos en altas esferas.