Opinión

Hoy por ti

Hoy por ti

No debe olvidarse que el temblor que el sábado causó en Haití la muerte de al menos 12 personas, 188 heridos y decenas de viviendas y edificios públicos destruidos o dañados ocurrió en la isla donde también se asienta República Dominicana, en riesgo de sufrir sacudidas por la falla tectónica que provocó ese seísmo.

Ese temblor, de magnitud 5,9 en la escala de Richter, cuyo epicentro se situó al noroeste del departamento Port-de-Paix, hizo recordar a los haitianos el terremoto del 10 de enero de 2010 que ocasionó la muerte de más de 200 mil personas y más de 300 mil heridos, una gran tragedia de la que aún no se repone Haití.

El Gobierno dominicano ha dicho que está a la espera de que las autoridades haitianas hagan un levantamiento de los daños y señalen el tipo de asistencia o colaboración que requieren de la comunidad internacional para acudir en auxilio de las comunidades afectadas.

Los dominicanos están compelidos a expresar solidaridad con sus vecinos ante una renovada adversidad provocada por una falla tectónica que representa un riesgo de terremoto para el suroeste o zona fronteriza, aunque las manos deben ser extendidas hacia los haitianos en cualquier situación de calamidad.

Oportuno sería que República Dominicana redoble hoy su reclamo a la comunidad internacional para que cumpla con su dilatada promesa de asistir a Haití, que aún no se recupera del terremoto que, además del terrible saldo de muertos y heridos, destruyó gran parte de su infraestructura. Hoy por ti mañana por mí.

¡Basta ya!

Los dueños de una de las corporaciones que dominan el negocio del transporte parece tomarle cariño al jueguito ese de los “paros sorpresa”, burda manera de aguijonear a la población como forma de chantajear a las autoridades.

Miles de pasajeros no lograron este lunes llegar a tiempo a sus destinos porque esa gente decretó interrupción del servicio de transporte público desde temprano en la mañana, en el entendido de que el Gobierno acudiría de rodillas a sus poltronas a entregarle más concesiones y privilegios irritantes.

Es claro que, aunque los dueños del país persistan en lacerar a la población de a pie, por muchos días, semanas o años, el Gobierno está compelido a continuar con el programa de reforma y modernización en el servicio del transporte de pasajeros. ¡Basta ya de chantaje!

El Nacional

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