Opinión

Inflación global

Inflación global

Alberto José Taveras

El aumento en el costo de la vida por factores externos adversos y sus implicaciones locales no es algo que está en la aspiración de ningún gobernante precupado y entregado por lograr un mejor destino para su pueblo, como es el caso del presidente Luis Abinader.

El incremento en el costo de la vida se ha vuelto un fenómeno global tras los efectos económicos provocados por la pandemia de covid-19,  donde incluso las grandes economías también están sufriendo los embates de los precios altos, con el índice disparado a su nivel más alto en casi las últimas tres décadas.

A diferencia de otras olas inflacionarias la actual tiene un factor común para todos los países: los atascos en las cadenas de suministro que transportan los productos por mares y océanos con una crisis de los contenedores que ha provocado gigantescas disrupciones globales con barcos esperando semanas en los puertos para descargar sus productos y un histórico aumento en las tarifas del transporte marítimo. A este problema logístico se suman otras dificultades como la escasez de mano de obra en países desarrollados, la falta de semiconductores para fabricar autos, computadores o celulares.

Según los economistas los precios también han subido por la gigantesca cantidad de dinero que inyectaron a las economías los bancos centrales y los históricos paquetes de estímulo fiscal entregados por los gobiernos para mitigar los estragos causados por la pandemia. Como en 2021 comenzó la recuperación económica después de un recesivo 2020, el acelerado aumento del consumo, luego de meses de confinamiento en los momentos más críticos de la pandemia, también ha contribuido a elevar los precios.

A este cóctel se suman el aumento en el precio del petróleo, por incremento en la demanda y una oferta controlada de los productores, y los alimentos. Por ser un fenómeno global las posibles soluciones que pueden manejarse dentro de cada país dependerán en gran medida de lo que pase en el resto del mundo y de cómo avance el proceso de vacunación y de la potencial aparición de nuevas variantes de covid-19.

Muchos países para manejar la inflación están aumentando las tasas de interés por ser la manera más directa de controlar las presiones inflacionarias. Así observamos en América Latina como los bancos centrales han estado subiendo las tasas de interés a toda velocidad para detener los precios. Un elemento que no ayuda a la compresión de este fenómeno son los actores políticos que buscan capitalizar estas contingencias y adversidades para sacar capital político y electoral en oposición a los gobernantes de turno que se encuentran sorteando una tormenta de inflación global.