Malditos, malditos una y mil veces los que se prestan, se empeñan y se venden como serviles y mercancías al mejor postor para manipular la realidad que vive la sociedad dominicana, tratando de cubrir los males que en este momento nos arropan.
Malditos una y mil veces los medios y comunicadores que se prostituyen para inducir, manipular, engañar, difamar, mentir, disfrazar el sentir del pueblo dominicana queriendo cubrir y cambiar lo que realmente sucede.
En este momento la situación de la República Dominicana es más compleja que elegir a x candidato, en este momento no se trata de quien dirija la administración pública, sino de impedir que continúe la impunidad, el mega robo, la hiper corrupción, el deterioro moral y ético de la sociedad dominicana. No podemos permitir que se siga jugando con la honestidad, los principios y los valores que deben prevalecer en toda sociedad, en la familia. Las autoridades actuales, en la cabeza el gobierno y las cúpulas peledeístas han demostrado que no tienen escrúpulos, que no tienen principios, que no tiene límites en sus pretensiones de seguir gobernando.
Estoy convencido que debemos actuar en contra del peledeísmo para impedir que siga esta dictadura pos moderna y este debe ser el objetivo de todo ciudadano digno, trabajador y honesto.
Quienes nos gobiernan están atentando contra el equilibrio y la armonía de nuestra sociedad, del futuro de todos aquellos que pensamos de manera diferente, de aquellos que entendemos que el libre albedrío y el libre pensamiento, la libre determinación de los pueblos está por encima de todo.
Nada es hoy lo que parece en la República Dominicana; reflexionemos las sabias palabras de nuestro patricio para reivindicarle:
Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones. Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la patria.
Ese significado de libertad e independencia de nuestra bandera está manchado por la corrupción y pérdida del orgullo patrio. Precisamente por aquellos que están llamados a defenderla y reverenciarla, hoy la ultrajan.
Creo mucho en la frase no hay arma más poderosa que un pueblo unido por una causa común. En este momento está en juego la soberanía, el poder y los derechos del pueblo. No permitas que una dádiva manipule tu intención de voto, tu conciencia.