El director de la Policía Nacional, mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, aseguró que la actuación de los agentes policiales en intercambios de disparos, durante los cuales han muerto al menos 74 civiles en lo que va de año, se rige “por el principio de proporcionalidad”, aunque no son pocas las denuncias sobre exceso en el uso de la fuerza letal.
No se niega que ante la magnitud de la amenaza que enfrentan, los agentes policiales deben responder con el mismo nivel de fuerza que emplean los delincuentes, pero las circunstancias en que se produce un homicidio deberían ser investigadas, a los fines de determinar si en cada caso se cumplió con el protocolo que refiere el titular policial.
Son muchos los casos de personas abatidas por patrullas de la Policía que sin aun el médico legista certificar las causas de la muerte, desde el cuerpo policial se informa que se trato de un intercambio de disparos, como si en esos casos se aplicara el principio de “verdad sabida, buena fe guardada”.
La pena de muerte no figura en el Código Penal dominicano que tampoco asigna a ningún órgano represivo del Estado la calidad para cegar vidas, salvo que la autoridad se vea en la necesidad de aplicar el principio de proporcionalidad para enfrentar a la delincuencia.
El general Guzmán Peralta ha dicho que el uso de armas no letales que portan los agentes policiales en el nuevo esquema de patrullaje tiene una aplicación limitada, pero debe admitir que ayudarán a preservar vidas, aunque las armas de fuego en ocasiones resulten indispensables.
No resulta fácil creer que en los 74 muertos este año en intercambios de disparos, los agentes policiales estuvieron compelidos a emplear fuerza letal, y aun si así fuera, se requiere que el Departamento de Asuntos Internos de la institución investigue cada una de esas muertes para determinar si se incurrió en exceso e incluso en ejecuciones.
La ciudadanía aspira a tener a un cuerpo policial bien entrenado, altamente profesional, cercano a las comunidades, firme en la persecución de crímenes y delitos, eficiente auxiliar del Ministerio Público, despojado de licencia para matar o ejecutar sentencias extrajudiciales.
El planteamiento del director de la Policía, esencialmente justificativo de los intercambios de disparos, coincide con una fatídica semana que concluyó con nueve civiles muertos a manos de agentes policiales, sin que en ningún caso se haya ordenado alguna investigación para esclarecer los hechos. Eso preocupa.