Los enfrentamientos iniciales en tras estallar la Guerra del 65, se produjeron en el Puente Duarte, de la capital dominicana./ Milvio Pérez
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En el período posterior a la muerte de Rafael Leonidas Trujillo, ocurrida el 30 de mayo de 1961, República Dominicana adquirió un carácter bizantino con grupos contendientes en enfrentamientos directos y poca consistencia de los líderes políticos.
Era un fermento inestable de conspiración e intriga, que dominaba todo el panorama.
El golpe de Estado contra el Gobierno constitucional del profesor Juan Bosch, el 25 de septiembre de 1963, interrumpió lo que se vislumbraba como el comienzo de un proceso democrático tras los 31 de gobierno de mano dura de Trujillo.
Bosch emergió de las elecciones del 20 de diciembre de 1962 con un abrumador respaldo popular de un 58 % del electorado.
Sin embargo, Bosch sólo pudo mantenerse siete meses tras sucumbir ante el embate del sector conservador, que tenía el respaldo del gobierno de Estados Unidos, que encabeza John F. Kennedy.
Surge un Triunvirato, encabezado por el doctor Emilio de los Santos, impuesto por Estados Unidos, en un esfuerzo de estabiliazar la situación, en una época de la denominada Guerra Fría entre la Unión Soviética y el Coloso del Norte.
Tras la renuncia del triunviro Emilio de los Santos, en desacuerdo con la decisión de los mandos militares de ejecutar el 21 de diciembre de 1963 en Las Manaclas, San José de las Matas, Santiago, al grupo de guerrilleros que encabezaba Manolo Tavárez Justo, surge como presidente de esa junta, el empresario doctor Donald Reid Cabral.
Además, de la convulsión política creada por el derrocamiento de Bosh, para el 1964 se produce una grave crisis económica, por los bajos precios de las exportaciones agrícolas, principalmente el azúcar que era el principal rubro de exportación.
Reid trató de aliviar esta dificultad mediante la imposición de un programa de austeridad en el país, el cual tenía medidas estrictas, pero tuvo poco éxito, principalmente por la corrupción y el contrabando.
En esa ocasión Reid Cabral hizo esfuerzos por eliminar los excesivos privilegios de los militares y funcionarios, pero esta acción del gobernante lo que hizo fue enojar a esos sectores.
El Gobierno estadounidense, le dio un sólido apoyo a Reid Cabral, con el objetivo de buscar una estabilidad temporal, en ese contexto, y ganar tiempo para prolongar el mandato del triunviro en unas elecciones que pretendía realizar en junio de 1965.
Sin embargo, la insatisfacción con el régimen de Reid Cabral era un secreto a voces, situación que se manifestaba en los cuarteles, con un grupo de militares liberales encabezado por el teniente coronel Rafael Fernández Dominguez, director de la Academia Militar Batalla de Las Carreras, situada en San Isidro, que propugnaba por el retorno al poder de Bosch.
Para complicar aún más el cuadro, algunos generales de San Cristóbal estaban conspirando para establecer una Junta Militar independiente ni con Bosch ni con Joaquín Balaguer, líder del Partido Reformista y quien se encontraba en el exilio, en Nueva York.
Con una gran parte de las Fuerzas Armadas regulares y todos los grupos políticos o de interés empeñados en derrocar a Reid Cabral, era casi una casualidad que sobreviviera al poder en su primer año de mandato.
Estados Unidos le había prodigado ayuda económica y militar a Reid Cabral y las excelentes relaciones del triunviro con el embajador estadounidense en el país, William Tapley Bennett, Jr., ofendió a los nacionalistas, incluso le ganó el peyorativo de “el americano”.
El embajador Bennett sólo mantuvo vínculos mínimos con la oposición, lo que esa inobservancia puedo haber fortalecido el movimiento conspirativo contra el Triunvirato, dando inicio a la insurrección en 1965 un día como hoy.
Fuente: Abril: Los 5 días decisivos.
Autor: Héctor Minaya