Jerusalén (EFE).- El Ejército israelí atacó este domingo objetivos en Siria y el Líbano en respuesta a varios ataques contra su territorio.
“Se identificó un proyectil que cruzaba desde Siria. El proyectil cayó en un área despoblada” cerca de Keshet y las tropas israelíes “están atacando el origen del fuego”, indicó un portavoz del Ejército.
Más temprano, se registró otro ataque desde Siria que tampoco causó daños ni víctimas. Por otro lado, las fuerzas israelíes también “identificaron varios lanzamientos desde el Líbano hacia Israel” y “la artillería de las Fuerzas de Defensa alcanzó el origen del ataque”, añadió el portavoz.
También hubo un lanzamiento de misil antitanque hacia un vehículo de las Fuerzas de Defensa en la zona de Beit Hillel, dejando once soldados levemente heridos por esquirla. El vehículo resultó dañado.
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Este ataque estuvo seguido por “múltiples lanzamientos” de proyectiles hacia comunidades del norte de Israel, también cerca de la frontera, algunos de los cuales cayeron incluso dentro de territorio libanés, según informó la portavocía militar israelí.
En respuesta, el Ejército atacó los sitios de donde se originaron ambos ataques. Los aviones de combate de Israel también atacaron varios objetivos del grupo chií Hizbulá, incluidas infraestructuras y complejos militares.
Estos episodios siguen a una nueva jornada de intercambios de fuego este sábado, tras reanudarse el viernes las hostilidades en la zona fronteriza entre Israel y el Líbano tras el fin de la tregua entre el Ejército israelí y el grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza.
Las hostilidades en la zona escalaron a raíz de la guerra que estalló el 7 de octubre entre Israel y Hamás -que controla de facto la Franja de Gaza- y se habían reducido al mínimo durante la tregua que duró del 24 al 30 de noviembre.
Desde el comienzo de la guerra en Gaza, además, se han registrado varios incidentes violentos entre Israel y milicias propalestinas o proiraníes radicadas en Siria.
La actual escalada entre Israel y las milicias del Líbano resulta la más grave desde 2006 y ha causado al menos 118 muertos- 10 en Israel -siete soldados y tres civiles- y al menos 108 en Líbano, incluyendo 78 miembros de Hizbulá, 12 miembros de milicias palestinas y 16 civiles, entre ellos tres periodistas y tres niños.
