Traducción ROOSEVELT COMARAZAMY
NUEVA YORK (del NY Post) – Quedan más de cinco meses en la temporada regular, pero una bulliciosa multitud de 8,130 fanáticos en Citi Field presentaron sus votos de voz para MVP el viernes por la noche.
Jacob deGrom, el elixir de todos los problemas recientes de los Metros, puso oficialmente en marcha su candidatura de manera convincente.
Una vez más, un deslumbrante deGrom lo hizo todo, ponchando a 15 bateadores, la mejor marca de su carrera, durante una blanqueada del juego completo e incluso impulsando la ofensiva en la victoria de los Metros por 6-0 sobre los Nacionales en el Citi Field.
“Tiene que ser de un planeta diferente porque hace cosas que parecen fuera de este mundo”, dijo el jardinero central Brandon Nimmo. “Él simplemente comandó todo el juego. Cambió el juego. Ganó él solo y cambió el juego”.
Con una serenata de fuertes cánticos de “Jugador Más Valioso” a lo largo de las últimas entradas, deGrom permitió solo dos hits y retiró a los 19 bateadores finales que enfrentó mientras agregaba dos hits, incluido un doble productor para darse una ventaja con la que trabajar.
A lo largo de cuatro aperturas, deGrom ha impulsado dos carreras, anotado dos carreras y solo ha concedido una carrera limpia. El derecho ahora tiene 50 ponches en 29 entradas, la mayor cantidad para cualquier lanzador en la historia de la MLB en sus primeras cuatro aperturas de una temporada.
“Estamos presenciando algo especial”, dijo el gerente Luis Rojas.
En cada una de sus dos aperturas anteriores antes del viernes, deGrom había ponchado a 14 bateadores, empatando un récord personal. Alcanzó ese umbral y luego lo atravesó contra bateadores consecutivos en la séptima entrada cuando se ponchó la tanda por segundo marco consecutivo.
“Cuando miré hacia arriba y vi 12, pensé, ‘Está bien, tienes que encontrar una manera de ponchar a tres muchachos'”, dijo deGrom, quien terminó la obra maestra en 109 lanzamientos eficientes.
Excepto que deGrom ni siquiera estaba seguro de que le esperara una salida como esta cuando comenzó a lanzar en el bullpen. Era casi demasiado perfecto. Eso lo puso “nervioso”, dijo, porque algunas de las mejores aperturas de su carrera habían sido precedidas por calentamientos salvajes en el bullpen.
En cambio, el comando se trasladó. Su deslizador representó siete ponches, su cambio fue el mejor que ha tenido “en mucho tiempo”, dijo, y todavía estaba bateando 100 mph con su bola rápida en la séptima entrada.
“Solo estaba siendo Jake. El tipo es increíble”, dijo el receptor Tomas Nido. “Solo estaba anotando números y él estaba dando en el clavo”.
