Filipinas, con su gente amable, es un destino que despierta la curiosidad en cada rincón de su cultura, idioma y gastronomía. Este archipiélago de más de 7,000 islas y 113 millones de habitantes es un crisol de experiencias únicas.
Allí mi esposa y yo comenzamos una emocionante aventura de tres semanas por cuatro países del sudeste asiático justo a tiempo para el Mundial de baloncesto.
Durante más de 300 años de ocupación, los españoles dejaron su huella en este rincón del mundo influenciando profundamente la religión, la comida y el idioma. Filipinas ostenta el título de ser el país con más católicos en el mundo, y es común encontrar nombres hispanos entre su población.
Platos emblemáticos como el Adobo de gallina, el puerco asado en puya, el chicharrón, la longaniza y la paella llenan de sabor la mesa filipina.
Curiosamente, también se disfruta del sabor del taco mexicano y del arroz en todas las comidas.
El tagalo, el idioma oficial, nos sorprende con muchas palabras y estructuras que tienen su origen en el español: «Kamusta,» el saludo oficial, significa hola.
Otras palabras como silla, mesa, tenedor, cuchara, cuchillo, reloj, entre otras, nos resultan familiares.
Filipinas es un país que nunca deja de sorprender
Además, gracias a la influencia estadounidense durante su ocupación, los filipinos son conocidos por hablar inglés con fluidez.
El baloncesto es el deporte estrella, y los jóvenes filipinos son auténticos expertos en la NBA, teniendo ídolos como nuestro querido Karl-Anthony Towns.
El cambio de dólar estadounidense a peso filipino es de 55 x 1 facilitándonos los cálculos en los gastos de transporte, comida y ropa que por cierto son mucho más baratos.
La seguridad en las calles es una gran ventaja, y es un alivio sentirse seguro mientras exploramos. Quiero agradecer especialmente al oficial de policía Andrés Ballesteros, quien generosamente nos ayudó a recuperar mi celular olvidado en un taxi a la entrada del estadio.
Para sorpresa nuestra, cuando mencionamos que éramos dominicanos a un taxista, él respondió con entusiasmo: «¡Ah! Dicen que Punta Cana es preciosa, además tengo entendido que los dominicanos a veces tienen diferencias con los haitianos, pero quién sabe, tal vez al final serán un solo país.” -Ummmm…
En resumen, Filipinas es un país que nunca deja de sorprender.
Viajar por este hermoso rincón del mundo es una experiencia que, sin duda, marcará a cualquier viajero con memorias imborrables.