Carta de los Lectores Opinión

La barba como símbolo

La barba como símbolo

Lo que voy a referir pasó en el 58 aniversario de la expedición. Él formó parte de “Los Barbudos”, que era el nombre con lo que se conocían los guerrilleros de la Sierra Maestra. “Mis barbudos”, les decía su líder rebelde, Fidel Castro. Todos llevaban las barbas copiosas como símbolo de rebeldía.

Se parecían a Jesús (nuestro amado Maestro), tanto por las barbas como por su compromiso de justicia social: soñaban con multiplicar los panes para alimentar los hambrientos latinoamericanos.Éste barbudo apenas se puede mover apoyado en su bastón.

Delio Gómez Ochoa, está muy disminuido por la edad y las enfermedades. Mas no pierde la esbeltez, la dignidad del combatiente que se fajó a los tiros para derrocar al dictador Fulgencio Batista en Cuba; y luego vino a República Dominicana a pelear contra Rafael Leónidas Trujillo Molina.

“Eso no es paja de coco… Eso no es poca cosa”, dice un militante de izquierda, para destacar la hazaña.“Háganse foto con el comandante Ochoa, es posible que sus familiares no lo dejen venir para los actos del próximo año: es posible que sea la última vez que esté con nosotros”.

Decía, nostálgica, una eficiente empleada del Archivo General de la Nación (AGN), en un acto de homenaje a él (único sobreviviente de la expedición del 14 de Junio).Al final del acto, el historiador cubano Elíades Acosta conversó con varios periodistas y les dice que de los 198 expedicionarios: 22 eran cubanos, 13 venezolanos, 5 puertorriqueños, 2 españoles, 2 norteamericanos, y 1 guatemalteco.

Le aclaró a un periodista que Pablito Mirabal no era venezolano, sino cubano y que tenía 16 años cuando se enroló en la Expedición; pero ya había estado combatiendo en Sierra Maestra con Ochoa.Pablo era huérfano y Delio lo acogió como un hijo. Por eso se negó a abandonarlo cuando decidió venir a pelear contra Trujillo.

Estuvo entre los 6 guerrilleros sobrevivientes de la envestida trujillista.Cosas de Dios, sobrevivió peleando en dos guerrillas, contra Trujillo y contra Batista, pero a Pablito lo mató un rayo en Cuba, esperando un autobús en una parada.

Era un oficial-militar y se cree que lo que atrajo el rayo fue que sus botas de militar estaban revestidas de metal en la plantilla y la punta. Ya se había casado.Pero el rayo que mató a Pablito no puede matar su hazaña guerrillera, no pudo matar la grandeza del comandante Delio Gómez Ochoa, de Fidel Castro, El Che Guevara, Camilo Cienfuegos y los demás inmortales barbudos.
Por: Roberto Valenzuela

El Nacional

La Voz de Todos