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La coa: paradigma de Petro

La coa: paradigma de Petro

Rafael Grullón

En la noche del jueves esperé que nuestra otra mitad sea vencida por el sueño para poner en su televisor a YouTube con la finalidad de ver en una especie de pantalla grande los discursos de Gustavo Prieto y Bukele ante la ONU para compararlos en mediciones.

Como la narrativa del cuento nunca es como uno se propone, no llegué a ver y escuchar el discurso de Bukele, ya que nos frisamos en la repetición del de Petro, en quien encontré la poesía más larga a favor de la vida y un antídoto no previsto ante la enfermedad terminal del pragmatismo de los políticos de esta época, que habían dejado huérfano de un nuevo paradigma el discurrir de la especie humana.

Desde los tiempos en que Gabriel García Márquez describiera, de que de ser inevitable una conflagración mundial nuclear que aniquilara el portador de inteligencia de la naturaleza, el ser humano, una salamandra volvería a hacer el recorrido de la evolución para coronarse de nuevo como Reina de Belleza y Mijaíl Gorbachov acuñó el concepto de La Tierra como el «Hogar Común» de la humanidad, no había salido de la boca de un político un discurso que orbitara el planeta como tienen por costumbre hacerlo los aparatos de la NASA, y ahora los de Elon Musk.

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Acaso no es un poema la metáfora de Petro de que su país, Colombia, es «Una belleza ensangrentada», donde lo bello tiene como pareja la violencia, con el agravante de que se conjuga la belleza con la muerte.

Para Petro en la selva amazónica de Colombia la diversidad de la vida baila en la danza de la muerte. Allá el terror ha violado el encanto, donde están las aguas, las cordilleras de los Andes y los océanos, un lugar donde se emana oxígeno planetario y se absorbe el CO2, el verdadero veneno para la vida, que no es la coca, que existe entre millones de especie para que el planeta respire.

A pesar de que Evo Morales llegó al Poder en Bolivia reivindicando la Coca, no llegó hasta el discurso de Petro, quien le acaba de decir al mundo que la cocoa es la planta sagrada de los Incas, perseguida para su destrucción en momentos en que se hacen grandes cumbres para salvar el planeta mientras se destruye la selva amazónica y llevan a las cárceles a los agricultores en medio de que de la vida silvestre.