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La cumbre de Biden

La cumbre de Biden

Juan Taveras Hernández

Por: Juan Táveras Hernández

Estados Unidos se ha proclamado protector y defensor del sistema democrático mundial sin que nadie lo haya elegido. El gendarme, el “guachimán” de la democracia, el que decide que país  o gobierno es de su agrado y cuáles no. Ocurre, sin embargo, que Estados Unidos es uno de los países menos democráticos del mundo, con un sistema político, económico y social anacrónico, que discrimina y margina a su propia población, donde el racismo y la xenofobia, la desigualdad predominan expresándose en la pobreza, el hambre, analfabetismo y la inseguridad. Estados Unidos es una torre de babel donde lo que menos existe es libertad, que no sea la de las grandes transnacionales, monopolios y oligopolios que acaparan la inmensa mayoría de la riqueza del país. La democracia supone representatividad, equidad, pluralidad, libertad de expresión  y difusión del pensamiento, respeto a los derechos humanos fundamentales que en esa nación son constantemente desconocidos. En nombre de la libertad, de Dios, de la democracia, de las  religiones, se han cometido los mayores y más grandes crímenes contra la humanidad.

Los “valores de la democracia” que Joe Biden dice defender han sido ignorados, acribillados a balazos, asesinados con aviones bombarderos, misiles y cañones derrocando gobiernos precisamente democráticos para imponer dictadores de la calaña de Pinochet y de muchos otros de su misma estirpe. El discurso del presidente estadounidense es tan viejo como la doctrina Monroe, igualmente engañoso, inútil y mentiroso. La democracia y la libertad, a Estados Unidos le  importan un bledo, se limpia el trasero con ellas. 

Estados Unidos se cree dueño del mundo, el que decide quien es malo y quien es bueno, quien debe vivir o morir. Todo en nombre de la libertad y la democracia, invadiendo y derribando gobiernos a través golpes de Estado  y asesinando de dirigentes políticos que les son adversos utilizando la CIA. Es un Estado agresor que impone la fuerza de los cañones y los misiles asesinando a miles de hombres, mujeres y niños, (daños colaterales) destruyendo casi por completo muchas naciones.

Los latinoamericanos conocemos bien la ley de garrote del coloso del Norte desde hace siglos. “América para los americanos”. Debieron decir, América para los estadunidenses.  Todos los países del hemisferio han padecido intervenciones; todos han sufrido sus embates, a todos los ha matado, los ha saqueado, los ha robado. Juan Bosch ganó unas elecciones, sin embargo fue derrocado por un golpe de Estado patrocinado por Estados Unidos, lo mismo pasó en Chile con Salvador Allende y en muchos otros, del caribe, de Centro y Suramérica, imponiendo dictaduras sanguinarias. El bloqueo económico y político contra Cuba es obsoleto y criminal. Lo ha sido siempre.

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