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La deuda preocupa

La deuda preocupa

Manuel Fermín

Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM),políticos experimentados y profesionales de la economía, hacen continuas advertencias de que el país presenta un acelerado endeudamiento que ya no hay forma posible de pagar aún los cálculos autocomplacientes de hacer creer que la relación “positiva” de porcentaje de deuda con respecto al PIB nos favorece para continuar con el desbordamiento irresponsable de gastos insostenibles por la recaudación fiscal.

La verdad que en la historia de la deuda externa dominicana parecería que volvemos a encaminarnos a las desconcertantes humillaciones y a la ruina con semejante conducta en la dirección que ejecuta el Gobierno, que no es otra que conducirnos ostensiblementehacia la miseria económica y las desconsideraciones vividas en años postreros.

Estamos en manos de políticos de memoria frágil que por mantenerse en el poder parece importarle poco la gravísima debilidad del país para entrar al elevado riesgo de caer en futuras cesaciones de pagos ante eventualidades generadas por una condición externa, o interna que amenace la estabilidad económica. Ante voces de alarma el Gobierno calla y ni siquiera dispone de programas razonables de necesaria austeridad para reflexionar y detener el excesivo gasto público; regala el patrimonio del Estado de forma manicomial a costa de la bóveda extranjera.

Es comprensible que el buen manejo de los fundamentos macroeconómicos nos hace favorables al crédito, pero esta “favorabilidad” ha permitido que en solo 31 meses hemos tomado 24 mil millones de dólares en préstamos gracias al exceso de dinero a bajos intereses que hubo en el mercado internacional.

Sin embargo, las dificultades de hoy se agravan por el ritmo por goteo de alzas de los tipos de interés que hacen los bancos centrales del mundo, y que entienden los expertos crean preocupación en los países como el nuestro con flancos débiles por la dependencia exterior en energía, turismo, remesas inversiones extranjeras etc., y que aún las buenas expectativas económicas las tensiones siempre están presentes y pueden decantarnos a la situación precedentemente citada.