Opinión

La manifestación dominicana de 1844 sobre las causas de su separación de Haití

La manifestación dominicana de 1844 sobre las causas de su separación de Haití

Juan Pablo Duarte

A nuestros héroes patriotas que desde el mas allá, a la derecha del Padre, auscultan y velan por el mantenimiento de una Patria dominicana digna, soberana y libre de toda potencia extranjera.

Al pueblo dominicano que en este 179 aniversario de su gloriosa independencia, se mantenga firme y decidido en la defensa del Ideario de Duarte y de nuestra Constitucion.

La llama patriótica de los Trinitarios había prendido en el alma dominicana y ya habíamosdecidido que debíamos separarnos formalmente de Haití y su mala invasión,  que mantenía ocupado nuestro  territorio desde el día 8 de febrero de 1822, por lo que el día  el 16 de enero de 1844, un mes y once días previos a la Declaración de la Independencia el 27 de febrero, circuló en ciudad Santo Domingo, la denominada: “Manifestación de los pueblos de la parte este de la isla Española o de Santo Domingo, en el cual motivaron su propósito de separarse de Haití”.

Los patriotas  firmantes  de entonces, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Tomás Bobadilla, Jacinto de la Concha, Juan Nepomuceno Ravelo, Felipe Alfau y Tomás Bobadilla,  clamaron la unión del Oriente de la Isla con la voluntad de “que el sentimiento del interés público sea el móvil que nos decida por la justa causa de la libertad y de la separación; con ella, no disminuimos la felicidad de la República de Occidente, y hacemos la nuestra”.

Cuando se emitió el Manifiesto,  nuestro Juan Pablo Duarte se encontraba exiliado en Curazao, lo cual no fue óbice para tomar  la firme resolución de separarse para siempre de la República Haitiana, y constituirse en Estado libre y soberano.

La manifestación dominicana de 1844 sobre las causas de su separación de Haití
La Trinitaria

En el Manifiesto, que popularmente se conoció como LA MANIFESTACION, se hizo público el día 16 de enero de 1844, en el cual los patriotas declaraban  la justeza de su causa y de manera operativa  dividir la nueva República en cuatro Provincias: Santo Domingo, Santiago o Cibao, Azua desde el límite de Ocoa, y   el Seibo. Tenían la excelente idea de crear un Gobierno Provisional con una Junta Gubernativa compuesta por  11 miembros que estaría en funciones hasta que se promulgara  la primera Constitución.

También te podría interesar: Invasión haitiana y la Independencia Nacional

Era tal el desagrado y rechazo al Gobierno haitiano, por las múltiples  violaciones a los derechos humanos que ellos cometían,  por lo cual  reclamaron:

“La atención decente y el respeto que se debe a la opinión de todos los hombres y al de las naciones civilizadas; exige que cuando un pueblo que ha sido unido a otro, quisiere reasumir sus derechos, reivindicarlos, y disolver sus lazos políticos, declare con franqueza y buena fe, las causas que le mueven a su separación, para que no se crea que es la ambición o el espíritu de novedad que pueda moverle.

“Nosotros creemos haber demostrado con una constancia heroica que los males de un Gobierno deben sufrirse mientras sean soportables, más bien que hacerse justicia aboliendo las formas; pero cuando una serie de injusticias, violaciones y vejámenes, continuando al mismo fin, denotan el designio de reducirlo todo al despotismo y a la más absoluta tiranía, toca al sagrado derecho de los pueblos y a su deber, sacudir el yugo de semejante Gobierno y proveer a nuevas garantías, asegurando su estabilidad y prosperidad futuras…”.

Tan pronto los haitianos se dieron cuenta de LA MANIFESTACION, por su profusa difusión, se generaron  reacciones y  aumentaron  los actos de represión, que no fueron suficientes ante un pueblo que ya había decidido ser libre y soberano.

Los firmantes del Manifiesto hicieron  el siguiente llamado:

“! A la unión, dominicanos!, ya que se nos presenta el momento oportuno de Neiba a Samaná, de Azua a Montecristi, las opiniones están de acuerdo y no hay dominicano que no exclame con entusiasmo: SEPARACIÓN, DIOS, PATRIA Y LIBERTAD”.

Hoy que ya tenemos en nuestras mentes muy bien arraigado el concepto de libertad, que hemos roto valientemente el yugo esclavizante  y quehemos demostrado que no actuábamos  impulsados por  un espíritu de  ambición, sino, que  por las gravísimas  injusticias,  violencias y vejámenes teníamos que terminar esa injusta y tiránica manera de gobernarnos, hemos proclamado el derecho de nuestro pueblo a rechazar ese oprobioso gobierno y proveer nuevas garantías que nos aseguren  estabilidad y  prosperidad.

Hoy 179 años después, apelamos a esos mismos principios al contemplar nueva vez el grave peligro en que se encuentra la Patria, con una ocupación, hasta ahora pacifica, de los vecinos del Oeste, pero con rasgos de convertirse en problemas mayores.

Cuando en RD pasamos balance a la acción internacional en Haití durante las últimas dos décadas, nos sobrecogemos al comprobar que la misma se ha concentrado exclusivamente en lograr objetivos muy cuestionables:

1ro. Evitar que la migración haitiana salga por mar hacia los Estados Unidos, los territorios de ultramar del Reino Unido y Francia, y los pequeños estados del Caricom;

2do. Mantener a toda costa, gobiernos de apariencia democrática pero con escasa o ninguna capacidad de transformar las realidades extremas de Haití, que sumen en el pauperismo y la desesperanza a millones de personas.

3ro. Malgastar o disipar las ayudas y créditos en una costosa burocracia internacional civil y policial; o peor aún, en redes de apoyo donde muchas ONG trafican con el drama humano;

4to. Condicionar a República Dominicana, por medio de censurables recursos blandos y duros de poder a que asuma el rol de estado pivote para la gestión de esa crisis humanitaria, mucho más allá de lo que le permiten sus capacidades y las responsabilidades de la vecindad, a sabiendas de que no existe una solución dominicana, a la crisis haitiana. Héroes de nuestra nación, Uds. saben desde el infinito, que no hay solución dominicana a la crisis haitiana!.

Si, por último, se considera esa parte de la isla conquistada por la fuerza, es por la fuerza, si no hay otro modo, que se resolverá la cuestión.

EL MANIFIESTO expreso: “Considerando los vejámenes y las violencias cometidos durante veintidós años contra la parte anteriormente española, salta a la vista que ha sido reducida a la más extrema miseria y que se está llevando a cabo su ruina, por lo cual el deber de su propia conservación y de su bienestar futuro la obliga sin más a asegurar con medios convenientes su seguridad, pues lo antedicho constituye un derecho, un pueblo que depende voluntariamente de otro pueblo con el objeto de aprovecharse de su protección, queda libre de toda obligación cuando dicha protección le viene a faltar, o cuando eso ocurre por la impotencia del protector.

Considerando que un pueblo obligado a obedecer a la fuerza y que le obedece hace bien, pero que si resiste cuando puede hacer mejor;  considerando, por último, que dada la diferencia de las costumbres y la rivalidad existente entre los unos y los otros, nunca habrá armonía ni perfecta unión, y como además los pueblos de la parte anteriormente española de la isla de Santo Domingo comprobaron durante los veintidós años de su agregación a la República de Haití que no pudieron obtener ventaja alguna, sino al contrario, que se arruinaron, empobrecieron y degradaron y que fueron tratados de la manera más vil y abyecta, han resuelto separarse para siempre de la República haitiana para proveer a su seguridad y a su conservación, constituyéndose, según los antiguos límites, en Estado libre y soberano”.

Concluimos como señala EL MANIFIESTO: ¡Dominicanos! ¡A la unión! Se presenta el momento más oportuno. De Neiba a Samaná y de Azua a Montecristi las opiniones son unánimes y no hay un solo dominicano que no grite con entusiasmo: Separación, Dios, Patria y Libertad.

Este Manifiesto, origen de nuestra primera Constitución, debe servirnos de acicate, de empuje, para preservar nuestra soberanía e independencia.

Por: Manuel Berges

manuel.berges@claro.net.do

@mberges23

El Nacional

La Voz de Todos