El problema social, económico y político de Haití es tan enrevesado, que desalienta hasta al más optimista cualquier interés para abordarlo.

Pero esa realidad dista mucho, al menos en apariencia, de la voluntad que según el embajador alemán en República Dominicana existe en la comunidad internacional para ayudar a Haití. Esa voluntad que cita Volker Pellet no se ha visto, aunque sí el cansancio a que aludió por la falta de resultados.

Pellet dice que no se busca dejar el problema haitiano solo en manos de República Dominicana, pero en verdad es lo que ha ocurrido.

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Es laudable su interés en ayudar a Haití a través de solicitudes a la comunidad internacional, sobre todo en un momento que prevalece la impunidad y las pandillas controlan una buena parte del territorio. Pero es innegable que con el problema de Haití, República Dominicana es la que carga pesado.